Rectificar es de sabios

Parece que hay síntomas de que la Administración española, por la vía de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), está reconsiderando la política de tasas en las dos áreas que le compete, tras demostrarse que ha sido un fracaso y condujo a una caída en el tráfico aéreo. Si bien fue aberrante penalizar, para hacer caja, a una de las pocas áreas de la economía que funciona bien, el rectificarlo por la vía que sea es de sabios. Esperamos que no se demoren tanto en cambiar de rumbo como en llegar a la conclusión que fue un error subirlas. Mientras tanto, Iberia, de la mano de Luis Gallego, su máximo responsable ejecutivo, ha procedido a reestructurar la dirección de la compañía, reduciéndola y, salvo alguna gloriosa excepción, como es el caso de Manuel López Colmenarejo, situando al frente a profesionales sensiblemente más jóvenes, lo que demuestra que ha cogido el timón con fuerza y esperamos que sea para bien y que se pueda enmendar una situación empresarial que no dudamos en calificar de grave. Queremos desde estas páginas brindar un homenaje a uno de los salientes, Luis Díaz-Güell, que pasa la página con honores de la política de comunicación de esa gran empresa y que, con su agotadora labor, ha sabido labrarse un merecido descanso.
Del otro lado del Atlántico, Argentina vuelve a ser noticia lamentable. Las abruptas nacionalizaciones de la petrolera YPF y de Aerolíneas Argentinas parecía que trataban de humillar siempre a una debilitada España, que no ha sabido responder adecuadamente, pero ahora le ha tocado el turno a los intereses chilenos, que, pese a tener un amparo legal en ese país, allí no hay apenas seguridad jurídica y esto ha permitido que la estatal de “handling” Intercargo interrumpiera momentáneamente las operaciones de su multinacional Lan entre los dos estados y las actividades de Lan Argentina, que ya estaba capada en sus operaciones por una Administración intervencionista, que poco respeta el derecho.
Mientras, el Boeing 787 vuelve a operar, tras resolver el grave problema de sus baterías, que ha dejado a la flota mundial en tierra durante varios meses. El camino del fabricante estadounidense con su nuevo birreactor no ha sido, ni mucho menos, de rosas y ha generado considerables pérdidas a sus operadores, pero, inexplicablemente, no así a los accionistas del monstruo de Seattle. Confiamos, por el bien del transporte aéreo, que no haya más sustos.
De esa situación sin duda ha aprendido Airbus de cara a su A350, que utiliza las mismas baterías. El prototipo ya está terminado y pintado y se somete a ensayos de cara al primer vuelo, que tendrá lugar inminentemente, a mediados de este año. Si el programa marcha bien, el constructor con sede en Toulouse dará una vuelta más de tuerca en asegurar su relativa supremacía con respecto a Boeing. El salón aeroespacial de Le Bourget, que se inaugurará el día 17 de este mes de junio, va a ser apasionante.


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