Tiempo tardó, pero el nuevo Gobierno español asumió el 4 de noviembre, con una debilidad que sólo va a ser posible sobrellevar gracias a que otros están peor, con sólo una minoría que le interesa que haya pronto unas nuevas elecciones. Pocos creen que pueda agotar la legislatura y muchos apuestan porque durará un par de años, el tiempo para que el, todavía, primer partido de la oposición se reconstruya. Los dos ministerios que afectan directamente al transporte aéreo, Fomento y el que tiene las competencias de Turismo –sin obviar, por supuesto, los genéricos de Economía y Hacienda– tenían que cambiar de titular, por la nueva vida de sus titulares: Ana Pastor presidía el Congreso y José Manuel Soria dimitió por no haber dicho toda la verdad y unas algo dudosas actuaciones en el pasado.
Fomento lo asumió Íñigo de la Serna Hernáiz, tras ejercer como alcalde de Santander desde el año 2007, cuando se convirtió en el más joven de España (36 años) de una capital de provincia. Es ingeniero de Caminos y representó la cara de la renovación entre los gobiernos municipales del PP, siendo también presidente de la Federación de Municipios y Provincias, donde impulsó la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), para desarrollar entornos y servicios ligados a tecnologías de la información en las principales capitales españolas.
Es una cartera muy agradecida en épocas de abundancia presupuestaria, pero complicada cuando ocurre lo contrario y hay que gestionar con austeridad, como ahora. El conocimiento del nuevo ministro de las necesidades regionales y municipales le será de gran ayuda en una cartera en la que el despliegue de infraestructuras siempre genera roces y choques entre administraciones. Cuenta con la joya de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), participada en un 51 por ciento (privatización a la que se opusieron todos, menos el PP, en la anterior legislatura) por el Estado, que es un recurso de primera mano para generar ingresos.
De Industria, Energía y Turismo pasamos a Energía, Turismo y Agenda Digital, bajo la batuta de Álvaro Nadal Belda, hasta ahora al frente de la Oficina Económica de la Moncloa, una posición desde la que lidiaba a diario tanto con los continuistas ministros Luis de Guindos (ahora titular de Economía, Industria y Competitividad) y Cristóbal Montoro (Hacienda y Función Pública). Este político, hasta ahora en segunda fila de notoriedad, está considerado por muchos como el verdadero cerebro económico que estaba detrás de las medidas tomadas por el pasado Ejecutivo y cuenta con una dilatada experiencia académica y profesional.
De 42 años, fue técnico comercial y economista del Estado, trabajando en los ministerios de Economía de Pedro Solbes (PSOE) y Rodrigo Rato (PP), antes de introducirse de lleno en la maquinaria del Partido Popular. Nadal es licenciado en Derecho y Ciencias Económicas y cuenta con un doctorado de la Universidad de Harvard. En resumen, jóvenes, bien formados y de la nueva ola que debe triunfar en el Partido Popular, con un pasado que, más que precederles, les honra.