El número de turistas extranjeros cayó dramáticamente, un 4,7 por ciento, en Cataluña en el mes de octubre, algo que irremediablemente es consecuencia de la grave situación y la movilización social generada por los partidos políticos partidarios de la independencia y el asombroso y patético panorama que crearon con su declaración unilateral, que luego ante los tribunales han pretendido hacer creer que era una acción meramente simbólica. Lo cierto es que Barcelona, especialmente, está sufriendo los efectos de la caída del turismo
Cataluña recibió en ese mes casi un 1,5 millones de visitantes del exterior y, a pesar de la caída, siguió a la cabeza como destino dentro del mercado español, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero continúa perdiendo cuota de mercado y en octubre registró un 20,5 por ciento del total español, 1,4 puntos menos que en el mismo mes de 2016. Esa pérdida ha ralentizado el crecimiento turístico de todo el mercado, que se elevó un 1,8 por ciento, el menor aumento desde hace algo más de dos años, concretamente desde agosto del 2015. Sin el efecto de esa Comunidad Autónoma, el crecimiento de turistas en el mercado nacional se situaría en el 3,6 por ciento, el doble del que se produjo.
Valencia y Madrid se han beneficiado de los mayores incrementos mensuales, con un 6,6 y un 7,2 por ciento respectivamente. En el acumulado del año, Cataluña ralentiza el crecimiento, pero suma un 6,6 por ciento de alza, con 17,2 millones de personas. El total del mercado español se eleva un 9,2 por ciento en los diez primeros meses, hasta los 73,4 millones de viajeros y se aleja de las previsiones más optimistas de superar los 84 millones de turistas extranjeros, que colocarían a España como primer destino mundial.
Las últimas previsiones apuntaban a un escenario mucho más pesimista, con una caída del 20 por ciento de la actividad, atendiendo a la pérdida de reservas realizadas en octubre para los próximos meses. Con estos parámetros, la pérdida del mercado catalán repercutiría en la moderación del crecimiento el PIB (Producto Interior Bruto) turístico, que pasaría del 4,1 previsto a un 3,1 por ciento. Los datos de llegadas de visitantes extranjeros confirman el descenso de visitantes a Cataluña, donde Barcelona ha sido el destino más afectado. Mientras tanto, la tendencia del aeropuerto de El Prat como abanderado del desarrollo del “low cost” se ha potenciado con esta situación.
La nueva marca Joon aterrizó allí en su estreno, suponiendo el abandono de Air France de Barcelona. Por otra parte, Norwegian potenciará en El Prat su base de largo radio con rutas a Estados Unidos, ofreciendo 430.000 plazas en Boeing 787-9, mientras que Vueling y Level, que han sufrido especialmente la situación, reestructuraron su red ligeramente, confiando en que después de las elecciones la estabilidad política resurja y los devaneos independentistas desaparezcan. Si no es así, nos tememos que esto será sólo en comienzo de unas todavía más sombrías expectativas. Confiemos que las aguas vuelvan a su cauce.