El entorno alcista en el precio del petróleo no frena a IAG (International Airlines Group), versado en competir en escenarios adversos, con solidez financiera y disciplina en costes, revisando al alza su crecimiento hasta 2023. El propietario de British, Iberia, Vueling, Aer Lingus, Vueling, Iberia Express y Level incrementará cada año su oferta de plazas un 6 por ciento, frente al 5 que estimaba hace un año, y alcanzará un resultado bruto de explotación antes del arrendamiento de aeronaves (EBITDAR) anual de 7.200 millones de euros, un 10,7 por ciento por encima del pronóstico.
Invertirá hasta 2.600 millones de promedio por año, frente a los 2.100 millones de la anterior estimación, en sus necesidades de flota, tanto para crecer como para rejuvenecerlas, y en la gestión de datos y mejora de la propuesta de valor para el cliente. Contempla cerrar 2018 con 587 aviones (201 intercontinentales) y sumar 716 en 2023. El aumento está relacionado fundamentalmente con oportunidades para British en Londres/Gatwick, de Aer Lingus en las rutas a Norteamérica con A321LR y para Level, la nueva marca de bajo coste, en Viena. El máximo responsable ejecutivo, Willie Walsh, vaticinó fusiones y adquisiciones en el sector y reafirmó el interés por hacerse con Norwegian.
Las dificultades operativas que ha sufrido Vueling en 2018 llevan a que hasta 2023 crezca un 7,4 por ciento al año en asientos, frente al 10,4 pronosticado hace un año, lo cual supone 4 aeronaves menos (135 en total). Iberia mantiene un avance del 6 por ciento anual en plazas, correspondiendo el 68 por ciento a las rutas transoceánicas. Los ingresos en las conexiones donde opera con aviones que tienen clase “Turista Premium” son un 13 por ciento superiores. En 2023 dispondrá de 118 aviones, frente a los 105 de ahora, y tiene el objetivo de generar un margen operativo excluido el “leasing” del 15 por ciento. En cuanto a Level, no hay una estrategia de crecimiento concreta, aunque se estudia que llegue a tener 14 aviones en 2019 y 42 en 2023, frente a los 4 de ahora y 2 más previstos.
Gracias la resistencias de las ganancias de IAG a la subida del petróleo y al resto de desafíos, las acciones cotizan a un PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) de 5,6 veces según las previsiones de 2018 y de 5,4 según las de 2019. Esto deja al Grupo como el favorito del sector entre los analistas. Al cierre del ejercicio prevé alcanzar un EBIT de 200 millones por encima del conseguido en 2017. Esto significaría un beneficio neto de explotación de 3.226 millones de euros.
En el cuarto trimestre de este año tiene el gasto en combustible cubierto al 92 por ciento, con lo que la factura total de 2018 variará poco de los 5.300 millones de euros previstos y para el próximo ejercicio espera una tendencia similar a la contemplada en esta última parte del año, con variaciones entre el 14 y el 15 por ciento. Algunos analistas no niegan el impacto de la subida del petróleo, pero consideran que el incremento del precio de los billetes y los menores costes salariales lo compensarán de cara al cierre del ejercicio.