El terrorismo ataca nuevamente al transporte aéreo

Una bomba activada por un terrorista suicida arrasó la terminal de llegadas internacionales del aeropuerto internacional de Domodedovo, el segundo y el de mayor tráfico de Moscú, donde operan 75 compañías, incluyendo Iberia, cuyo vuelo tuvo que ser desviado a Vnukovo. Este ha sido el primer ataque de envergadura que Rusia sufre en uno de sus aeropuertos, provocando 35 muertos y más de 170 heridos. A juzgar por la tipología habitual de estas acciones, todo apunta a que los autores son grupos islamistas procedentes del Cáucaso Norte o conectados con ellos.
El caso es que, nuevamente, el transporte aéreo, motor del desarrollo y de la unión de los pueblos ha sido el trágico y asesino instrumento propagandístico de este mundo incomprensible y, como siempre, contra inocentes. El presidente Dimitri Medvedev ordenó extremar la vigilancia en toda la capital y, especialmente, en los aeropuertos y nudos de transporte, pues el atentado tuvo lugar en la zona de llegadas, donde los controles de seguridad se habían relajado en las semanas anteriores.

En 2004, dos mujeres chechenas hicieron estallar en el aire dos aviones que despegaron precisamente de Domodedovo, llevando oculta una carga de explosivos, gracias a un cómplice que trabajaba en el aeropuerto.

El número total de víctimas rozó el centenar. Desde entonces se redoblaron las medidas de seguridad. Los medios de transporte han sido siempre los preferidos por los terroristas chechenos a la hora de cometer sus atentados y secuestros.
En la otra cara de la moneda una buena noticia, finalmente nació un gigante de la aviación con gran participación española, al culminar Iberia su fusión con British Airways para dar lugar al sexto grupo aéreo del mundo y el tercero de Europa por ingresos (13.800 millones de euros), una red de 204 destinos en los cinco continentes, una flota de 406 aviones y 55 millones de pasajeros. Ya cotizan en las bolsas de Londres y Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia las acciones de International Airlines Group (IAG), el “holding” resultante, que les permitirá ser más fuertes y competitivas, lo que redundará en una mayor inversión en los productos y servicios que ofrecen a los clientes.
Confían obtener unas sinergias anuales de 400 millones de euros a partir del quinto año, el 60 por ciento procedente de menores gastos y el 40 de mayores ingresos. La residencia fiscal está en España y la mayoría de las reuniones de su Consejo de Administración y todas sus juntas de accionistas se celebrarán en Madrid, mientras la sede financiera y operativa se sitúa en Londres. El Consejo de Administración está formado por catorce miembros, la mitad elegidos por Iberia y la otra por British, y cuenta con un equipo directivo de seis miembros, también a partes iguales. Las dos mantienen sus propias marcas, que cuentan con redes complementarias y operan en dos de los mayores centros de conexiones de Europa. Han invitado a otras aerolíneas a que se les unan.


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