Entendimos que, en noviembre de 2019, Iberia llegara a un acuerdo para comprar Air Europa por 1.000 millones de euros, que en 2018 había registrado unos ingresos de 2.100 millones, un beneficio antes de impuestos de 67 millones y activos brutos de 901 millones. Era un precio excesivo, pero aceptable en aras de que no la controlara su enemigo, Air France-KLM, en la batalla por dominar el tráfico en el Atlántico, justo después de que un aliado de Oneworld, Latam Airlines, sorprendiera con la venta de un 20 por ciento de su capital a la estadounidense Delta, miembro de Skyteam, en la que también participa el grupo galo-holandés. Se debía materializar en la segunda mitad de 2020 y el importe se pagaría en efectivo, para algarabía de la familia Hidalgo, que mal controla Air Europa a través de Globalia, grupo turístico en franca descomposición.
Ante la duda del dictaminen de las autoridades española y europea de la competencia, pues tendría una posición de dominio en muchos mercados, y que alguna de las partes decidiera resolver el acuerdo, IAG, propietario de Iberia y British, acordó pagar 40 millones de euros en el caso de que se aborte la operación. La pandemia dio al traste con la sonrisa de los Hidalgo, al tener que renegociar a la mitad la venta, en una caída en picado de su aerolínea, que llevó a un rescate del Gobierno de 475 millones de euros, repartido en dos supuestos préstamos para esquivar los controles de Bruselas. Esa cifra ningún experto considera que la vayan a recuperar los bolsillos de los sufridos contribuyentes españoles. Air Europa era el principal activo de Globalia, aportando en 2018 el 52 por ciento de los ingresos, frente al 29 de la división minorista, que integra a Halcón Viajes y Ecuador, que en el desmorone se fusionaron en Ávoris, que a la chita callando, con Halcón ha recibido otro rescate de 320 millones. Mientras, sin ningún pudor, Hidalgo anunciaba inversiones multimillonarias en el sector turístico de la República Dominicana.
Ahí dejamos de entenderlo. Las ayudas gubernamentales por COVID-19 a Air France-KLM imposibilitan que se embarque en una compra de Air Europa y potenciar el centro de distribución de tráfico de Madrid se puede acometer de otras formas, sin salvar a la agónica aerolínea. Pero pensamos que Iberia sabía lo que hacía. El trasfondo está en el defenestrado ministro José Luis Ábalos, que dijo que, si Iberia no se quedaba con ella, el Gobierno no la dejaría caer, dando a entender que la estatalizarían. Ábalos es el mismo del escándalo de la entrada en España de la vicepresidente venezolana, prohibida por la UE; del rápido rescate a Air Europa (que nadie entiende como recuperó la deuda que tenía en Venezuela), concedido el 3 de noviembre de 2020; del de Plus Ultra, vinculada estrechamente a intereses del régimen de Maduro, etc., y que en ocasiones se ha visto comprometido por tratos de favor de Air Europa y mentía, mentía y mentía en sus explicaciones.
A medida que pasa el tiempo, la compra se tambalea tras la elevada deuda de la aerolínea de Globalia, de unos 800 millones de euros y pérdidas de 428 millones que arrastra de su ejercicio en 2020. Necesita otro rescate más, que no la salvará, cuando si se le deja caer no se altera el mercado y sus trabajadores tendrían oportunidades en otras compañías que medren en la debacle. Su auditor, KPMG, ya puso en duda la viabilidad. Muchos se preguntan qué habría hecho en la vida la familia Hidalgo sin Pepe. Pusieron a profesionales al frente, que siempre abandonaban el barco por su cultura o incultura empresarial. Nosotros no queremos que se dilapide sin control más dinero de los españoles.