Alitalia, la endémica historia de un fracaso empresarial

Cerca de la segunda década del Siglo XXI, cuando estas situaciones no se deberían plantear, Alitalia solicitó al Gobierno ser intervenida para salvar su crisis, estando abocada a la venta o a la liquidación, tras admitir oficialmente su insolvencia ante la grave situación económica, financiera y patrimonial. Se nombraron tres comisarios (un anterior director de la radiotelevisión pública RAI, un ex comisario de la siderúrgica ILVA y un profesor universitario y experto en el transporte aéreo) para elaborar un plan que la salve de la quiebra, concediéndole un préstamo de 600 millones de euros.

 

La ley prevé que en seis meses –prorrogables en otros tres– los interventores intenten sanear la antigua compañía de bandera, actualmente controlada en un 49 por ciento por Etihad Airways, de Emiratos Árabes, y el resto de una sociedad que está en manos fundamentalmente de los bancos Intesa Sanpaolo (32,01 por ciento) y Unicredit (32,67). En caso de no conseguirlo, se procederá a una liquidación que podría traducirse en una venta por partes, desde las aeronaves y las sociedades auxiliares hasta las franjas horarias de operación (slots). La compañía garantizó los vuelos programados durante los próximos seis meses, gracias a ese crédito puente concedido por el Gobierno, que contó con un primer visto bueno informal de Bruselas, otorgado en condiciones de mercado, con el objetivo de responder a las exigencias de continuidad y mantenimiento de una aerolínea de la que se excluyó cualquier tipo de nacionalización. Lufthansa podría ser la única interesada en controlar Alitalia en bloque, con más que seguras condiciones previas sobre despido de personal y reducción de otros gastos, si bien lo desmiente. Alitalia aprobó en marzo su nuevo plan de negocio para el periodo 2017-21, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de la compañía, que incluye medidas para reducir en 1.000 millones de euros sus costes e incrementar un 30 por ciento sus ingresos hasta el 2019, contemplando 1.700 despidos. Los trabajadores, para no variar, lo rechazaron con el 67 por ciento de los votos en contra. Esta aerolínea no obtiene beneficios desde 2002. En el lado contrario, Iberia fue en abril un mes más la aerolínea más puntual del mundo, al operar 15.712 vuelos con un índice del 92,57 por ciento en hora; siendo la segunda Iberia Express, con un 93,74 de sus 2.656 despegues a tiempo, y la primera de Europa entre las “low cost”. Desde hace cuatro años, Iberia ha mejorado año a año su posición entre las aerolíneas más puntuales del mundo: fue cuarta en 2013, tercera en 2014, segunda en 2015 y la mejor del planeta en este parámetro en 2016, posición que ha revalidado en los meses de enero, febrero y abril de 2017. Iberia Express fue la “low cost” más puntual del globo durante tres años consecutivos: de 2014 a 2016.


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