Algo se mueve

SEPLA, el sindicato de pilotos que tanto ha hecho sufrir a los pasajeros en la historia de la aviación comercial española en los últimos decenios y que lacra las cuentas de resultados de las compañías aéreas, nuevamente ajena a la realidad económica y social de la nación, presenta tres frentes de batalla importantes de manera incongruente. El primero, en Air Europa, donde pretende doblegar los planes de su Dirección con respecto a cómo minimizar sus costes y maximizar los ingresos, política que, por cierto, no pasa por recortar los salarios convenidos con los pilotos que tiene en nómina. Los lunes y los jueves han hecho que muchos pasajeros eviten volar con ese transportista, por miedo a que les afecte el absentismo laboral.

Iberia pierde ingentes cantidades de dinero en los vuelos domésticos y en muchos de los que cubren rutas de medias distancias, mientras que el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas tampoco quiere que enmiende esa situación, que, nuevamente, no pasa por cortar los privilegios de sus afiliados que trabajan en la mayor aerolínea española. Hace años que no se contratan allí estos profesionales, porque la empresa no puede permitir que los nuevos mantengan unas condiciones fuera de mercado y, pese a ello, una vez más se cierne la amenaza de una conflictividad, incluyendo la mal llamada huelga de celo, que en realidad busca fastidiar a la sociedad sin declararlo.
Iberia tiene que reducir los costes en esa red y ya lo intentó a través de su participada Vueling, pero los “sepleros”, muchos de los cuales se sienten más orgullosos de llevar la cinta de ese colectivo para portar su identificación corporativa, que la de la magnífica aerolínea que les da alas, se niegan con el arma de los aberrantes convenios firmados en el pasado, cuando la Península Ibérica no estaba diezmada por la crisis. La solución es hacer una nueva filial de bajos costes que pueda operar esas rutas perdiendo muchos menos dinero que ahora.
Y el tercero es el grupo empresarial de BinterCanarias, que se caracteriza por su excelente gestión y agilidad de actuaciones, pero que encuentra la oposición beligerante de SEPLA a que la compañía se reestructure para proyectarse hacia el futuro, en un entorno de competencia en el que a la firma que le obliga a reducir el ingreso unitario tiene abierto un expediente por presunto grave fraude en el cobro del descuento de residentes.
Mientras parece que Spanair respira un poco mejor, Helitt va a iniciar inminentemente sus vuelos comerciales, contando ya con todos los permisos pertinentes, y los antiguos promotores de Vueling preparan una nueva aventura, también en el transporte regional. Por primera vez desde hace mucho tiempo hay “brotes verdes” y no precisamente gracias al Gobierno de esta nación, cuyos ciudadanos sueñan con salir de esta pesadilla. En la próxima edición habrá un esperado nuevo Gobierno a punto de tomar posesión.


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