De los 90 volcanes chilenos activos, 42 podrían explosionar en cualquier momento. Por esta razón los helicópteros de Ecocopter prestan apoyo aéreo al mantenimiento, monitoreo y resguardo de una extensa Red Nacional de Vigilancia Volcánica (RNVV) perteneciente al Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN).
Chile es uno de los países que posee la mayor cantidad de volcanes del planeta, al estar ubicado en el denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, el monitoreo se torna fundamental. Esta importante herramienta tecnológica emplazada en plena cordillera de Los Andes permite a las autoridades contar con información oportuna para la gestión de desastres en una emergencia volcánica y se torna fundamental a la hora de la toma de decisiones enfocadas en la seguridad y protección de la ciudadanía.
En este país existen cerca de 3 mil volcanes en una extensión de 4.300 kilómetros del suelo continental, además del territorio Antártico e insular. Es por ello por lo que, cada cierto tiempo, columnas de humo, cenizas y ruidos subterráneos se apoderan de lugares cercanos a estos macizos vivientes generando desde sus cráteres una belleza natural pero también evacuaciones masivas de personas.
El gerente Comercial de Ecocopter, Francisco Arriagada, afirmó que: “Como Ecocopter brindamos una completa logística para el éxito del monitoreo de la Red de vigilancia volcánica entre la región del Maule hasta la región de los Lagos, con todos los estándares de seguridad para el traslado y evacuación, si fuera necesario, de los expertos vulcanólogos. En estas operaciones utilizamos el helicóptero AS 350 B3/H125 que es una aeronave que puede volar a gran altura, posee potencia, estabilidad y versatilidad a la hora de maniobrar en la alta cordillera”.
Esta importante red incluye el establecimiento de la vigilancia en tiempo real de 45 de los 90 volcanes chilenos considerados geológicamente activos. Es con esa misión donde los helicópteros y sus expertas tripulaciones cobran un rol clave para llegar a las altas cumbres cordilleranas con los profesionales vulcanólogos para realizar el mantenimiento de las estaciones sismológicas y el rescate de los datos que allí se encuentran almacenados.
Si bien las estaciones de monitoreo están georreferenciadas, la nieve puede cambiar por completo la fisonomía del paisaje, pero con la experiencia de los pilotos y la versatilidad de las aeronaves, se asegura el éxito de la operación.