Pero la evaluación inicial de ERA, la principal asociación que representa a las aerolíneas regionales europeas, entiende que “este acuerdo no va lo suficientemente lejos para abordar las necesidades de las aerolíneas regionales de Europa”. ERA fue fundada en 1980 y representa a más de 55 aerolíneas y alrededor de 170 otras compañías involucradas en el transporte aéreo europeo. Además de representar a sus asociadas, la patronal ejerce influencia y presiona a los organismos reguladores europeos sobre cuestiones políticas, como es el caso del Cielo Único.
Montserrat Barriga, Directora General de ERA reclama “la necesidad de un Cielo Único Europeo ambicioso y fluido, que beneficie a nuestras aerolíneas, a nuestros pasajeros y al medio ambiente. Nos decepciona que el acuerdo final parezca no cumplir con estos requisitos. A primera vista, parece que se han hecho varias concesiones, lo que lamentablemente reduce la probabilidad de lograr las mejoras sustanciales que hemos impulsado en términos de capacidad del espacio aéreo, eficiencia operativa y sostenibilidad. Está claro que serán necesarios mayores esfuerzos para abordar de forma eficaz los desafíos actuales de la aviación”.
El mensaje de ERA no es una cuestión baladí y debería ser tenida en cuenta por las autoridades europeas. Europa y sus aerolíneas se juegan mucho en función de la evolución de la gestión del tráfico aéreo europeo. Es importante recordar que las previsiones de crecimiento de tráfico son positivas, a nivel europeo prácticamente se han recuperado los niveles pre-pandemia y la tasa media de crecimiento anual rondará el 4%.
Ello va a hacer necesario continuar incrementando la capacidad del espacio aéreo, no sólo con la mejora y ampliación de las infraestructuras. La implementación efectiva del Cielo Único es fundamental para eliminar las fronteras entre los espacios aéreos de cada país, reducir la sectorización del espacio aéreo y, en suma, incrementar la capacidad del espacio aéreo europeo.
