Volotea apoyará a Dante Aeronautical en el desarrollo de un avión híbrido-eléctrico
Airline92
Volotea ha llegado a un acuerdo de colaboración con Dante Aeronautical para el desarrollo de un proyecto de avión de pasajeros híbrido-eléctrico de última generación diseñado para operar en la próxima década rutas cortas que a día hoy no es posible operar. Este nuevo avión podrá volar entre comunidades pequeñas y medianas, que los aviones tradicionales no pueden operar con rentabilidad y para las que no existen otras alternativas de transporte.
Este proyecto, respetuoso con el medio ambiente, está liderado por Dante Aeronautical y en el que además de Volotea participan otras instituciones como el Instituto de Empresa en España, Altran en Europa, la Universidad de Sidney y la Universidad de Adelaida en Australia.
Pretende además impulsar el desarrollo económico en entornos rurales y en destinos turísticos desatendidos a día de hoy por la falta de alternativas de transporte.
El nuevo concepto de avión conseguirá una reducción significativa de emisiones gracias al uso de motores eléctricos, con energía generada por baterías y un turbogenerador de combustión interna, con un sistema híbrido al de los coches híbridos enchufables. Los objetivos de reducción de emisiones de CO2 en la aviación requieren una disminución del 50% en el 2050, respecto a los niveles netos del año 2005. Esto solo es posible con un cambio radical en el diseño de los aviones. La introducción de plantas de propulsión alternativas a los motores convencionales (como turbopropulsores y turbohélices que equipan los aviones de pasajeros en la actualidad), es clave para conseguir tal objetivo.
Dante Aeronautical es una start-up aeronáutica con sedes en España y Australia, creada con la misión de revolucionar la industria con la integración de distintas disciplinas, como aerodinámica, fabricación avanzada, materiales compuestos y motores eléctricos. Para ello, esta empresa está diseñando un avión de transporte de entre 19 y 35 pasajeros, impulsado por múltiples motores eléctricos (Distributed Electric Propulsion) cuya energía se consigue por un sistema híbrido de baterías y generador, similar a la de los coches híbridos enchufables.
Este avión permitirá en el futuro la conversión de híbrido a 100% eléctrico, aunque para ello las prestaciones de las baterías tendrán que desarrollarse en las próximas dos décadas.
“Si queremos que la aviación sea más sostenible, debemos cumplir con los objetivos de reducción de emisiones requeridos, pero a través de modelos de negocio y operación realistas. Un avión totalmente eléctrico es un buen objetivo a largo plazo, pero a corto y medio plazo tendrá un impacto a nivel social y medioambiental mínimo, pues solo será viable en contados casos, y probablemente para clases sociales acomodadas dispuestas a pagar tarifas mucho más altas. La utilización de un sistema híbrido cumple la función de extender el alcance de una planta propulsora puramente eléctrica, y por ello representa una oportunidad real para reducir drásticamente las emisiones a corto plazo, ya que permiten un nuevo mercado para el transporte aéreo regional, con tiempos de viaje puerta a puerta significativamente más cortos y a costes competitivos. En Dante estamos desarrollando la tecnología adecuada, y Volotea está apoyando el proyecto para que sea una realidad comercial", Miguel Madinabeitia, cofundador de Dante Aeronautical.
Ambas empresas trabajarán conjuntamente para definir las especificaciones de este futuro e innovador medio de transporte, estudiando cómo adaptar el prototipo al mercado y a las rutas en las que se podría introducir esta tecnología en el futuro. Una vez finalizada con éxito esta primera fase, Dante entrará en el diseño de detalle y la fabricación de un prototipo a escala que se probará en vuelo como paso previo a su plena industrialización y comercialización futura. Ambas compañías esperan que sus aviones híbridos sean una realidad comercial a mediados de la próxima década.
Aunque ya existe una primera configuración, Dante trabajará en los próximos meses con las principales organizaciones aeroespaciales de ingeniería e investigación, como Altran en Europa y la Universidad de Sídney en Australia, para validar todas las hipótesis técnicas y conseguir un diseño que sirva como base para una futura fase de prueba de vuelo.
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