Durante el evento se puso de manifiesto la creciente exposición del transporte aéreo a fenómenos meteorológicos extremos y el aumento de turbulencias, desafíos que demandan soluciones innovadoras y mayor cooperación entre los actores del sector. La ciberseguridad fue otro aspecto clave del debate, ante el avance de la automatización y la interconexión en los sistemas aeronáuticos. Los especialistas subrayaron la importancia de compartir información crítica y aprovechar el potencial de la inteligencia artificial para anticipar riesgos y reducir errores humanos.
En el plano regulatorio, los asistentes analizaron en profundidad las nuevas normativas sobre emisiones, el desarrollo del Registro Global de Combustible de Aviación Sostenible (SAF) y las implicaciones del Cielo Único europeo, así como la obligación de cumplir con las sanciones internacionales en un contexto geopolítico inestable. Todo ello, en paralelo al reto de alcanzar la meta de cero emisiones netas en 2050, que obliga a la aviación a adaptarse a reglas más exigentes sobre la trazabilidad de biocombustibles y la armonización normativa entre Estados.
El encuentro también sirvió para abordar la crisis en la cadena de suministro, agravada por la escasez de aeronaves, retrasos en la entrega de componentes y el aumento de precios en el mercado de segunda mano. La presión sobre aerolíneas y operadores para renovar sus flotas y mantener la eficiencia operativa exige estrategias innovadoras y una clara apuesta por el talento, cuya pérdida durante la pandemia sigue afectando al sector.
Aviation Day 2025 dedicó un espacio importante al desarrollo del derecho aeroespacial y la regulación de los drones, analizando la aplicación de criterios de proporcionalidad en la normativa europea, la responsabilidad civil ante defectos de diseño y la introducción de la ciberseguridad como factor crítico. El crecimiento de la actividad espacial, impulsado por la entrada de operadores privados y la reducción de costes, plantea la necesidad de actualizar el marco jurídico internacional para adaptarlo a una realidad más compleja y dinámica.
El evento concluyó resaltando que la respuesta a los desafíos tecnológicos, regulatorios y de sostenibilidad solo será efectiva mediante la cooperación entre actores públicos y privados, la revisión constante de los marcos normativos y la inversión decidida en innovación. Así, se afirmó que el futuro del transporte aéreo y espacial dependerá de la capacidad del sector para anticiparse a los riesgos, resolver los cuellos de botella y adaptarse de forma ágil a un entorno en permanente evolución.
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