Las estelas de condensación, causadas por el vapor de agua emitido por los motores de los aviones y su interacción con condiciones atmosféricas específicas, contribuyen al calentamiento global de manera similar al CO2 al atrapar la radiación solar. Consciente de este desafío, Thales desarrolló una tecnología pionera que ajusta la altitud de los aviones en lugar de modificar las trayectorias laterales, lo que permite optimizar los planes de vuelo y limitar el consumo adicional de combustible a menos del 3%.
La aerolínea Amelia, una de las primeras en adoptar esta solución en sus vuelos, planea expandirla en 2025 a la mayoría de sus operaciones. Este sistema, integrado en su Centro de Control Operacional (OCC), permite a los equipos de navegación identificar de manera precisa alternativas de vuelo con menor impacto climático, basándose en análisis meteorológicos avanzados y modelos científicos desarrollados por Breakthrough Energy Contrails. Además, cámaras terrestres y tecnologías de reanálisis, proporcionadas por socios como Reuniwatt y SII, verifican la efectividad de las maniobras de evitación.
Según Yannick Assouad, vicepresidente Ejecutivo de Aviónica de Thales, esta solución está alineada con la estrategia global de la compañía para impulsar una aviación más sostenible y ecológica: "La innovación tecnológica es clave para transformar la industria aeroespacial y mitigar su impacto climático rápidamente". Por su parte, Adrien Chabot, Director de Desarrollo Sostenible de Amelia, destacó que considerar las estelas de condensación es un cambio de paradigma en la forma en que se mide y reduce el impacto ambiental de los vuelos.
El proyecto ha demostrado ser uno de los enfoques más prometedores en términos de costo-beneficio en la lucha contra el cambio climático en la aviación. Con su implementación sistemática, Amelia se posiciona como un referente en la transición hacia una aviación más sostenible, mientras que Thales refuerza su liderazgo en el desarrollo de soluciones tecnológicas responsables.
El impacto potencial de esta solución no se limita a Amelia. Thales invita a otras aerolíneas a adoptar esta tecnología fácilmente integrable, abriendo nuevas oportunidades para mitigar la huella ambiental de la aviación en todo el mundo. Tal y como Matteo Mirolo, jefe de Estrategia de Breakthrough Energy Contrails, resume: "Las estelas de condensación son un desafío crítico de la transición ecológica de la aviación, y esta solución marca un avance crucial hacia un futuro más limpio".
La iniciativa, según sus promotores es una de las mayores campañas de evitación de estelas a nivel mundial y sienta las bases para escalar estas prácticas en la industria, avanzando un paso más hacia la sostenibilidad global.
¿Por qué se forman las estelas de condensación en los aviones?
Las estelas de condensación, también conocidas como contrails (abreviatura de condensation trails), se forman cuando el vapor de agua generado por los motores de los aviones a reacción interactúa con el aire frío a gran altitud. Estas estelas, visibles como líneas blancas en el cielo, son el resultado de la mezcla de gases calientes y húmedos de los motores con el aire ambiental, que, en condiciones específicas de humedad y temperatura, provoca la condensación del vapor de agua en forma de diminutas gotas o cristales de hielo.
El proceso ocurre principalmente porque los motores de los aviones expulsan gases que contienen dióxido de carbono, agua y otros compuestos. A ciertas alturas, donde la temperatura es extremadamente baja (generalmente por debajo de los -40 °C), ese vapor de agua se enfría rápidamente y se transforma en hielo, originando las estelas.
El impacto de las estelas de condensación va más allá de lo visual. Estas formaciones contribuyen al calentamiento global al atrapar la radiación solar que se refleja en la superficie terrestre, generando un efecto similar al de los gases de efecto invernadero.
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