La producción de SAF en 2024 crece el volumen, pero sigue lejos de las metas

Ilustración elaborada con Gemini.
Ilustración elaborada con Gemini.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) informó el pasado 10 de diciembre que la producción de combustible de aviación sostenible (SAF) creció significativamente en 2024, alcanzando 1 millón de toneladas, el doble que en 2023. Sin embargo, estos avances quedaron por debajo de las previsiones iniciales, ya que se proyectaba una producción de 1,5 millones de toneladas para este año. Este retraso se debe, en gran medida, a aplazamientos en la expansión de instalaciones clave en los Estados Unidos, que ahora se espera comiencen a operar en la primera mitad de 2025.

Willie Walsh, director general de IATA, subrayó que, aunque las aerolíneas están comprometidas con la compra de SAF, los gobiernos deben dar señales claras para incentivar la transición energética. Según Walsh, los subsidios a los combustibles fósiles deben ser reemplazados por políticas que impulsen la producción de energías renovables, incluyendo SAF, con un enfoque en beneficios sostenidos a largo plazo.

Marie Owens Thomsen, vicepresidenta senior de Sostenibilidad y Economista Jefa de IATA, destacó que el esfuerzo por descarbonizar la aviación no debe considerarse de manera aislada, sino como parte de una transición energética global que también beneficia a otras industrias. Las refinerías de combustibles renovables, además de SAF, producen recursos para sectores como el transporte terrestre y la energía industrial, lo que refuerza la importancia de maximizar la producción de energía renovable.

Para alcanzar las metas de cero emisiones netas en 2050, IATA estima que será necesario construir miles de plantas de combustibles renovables en las próximas décadas, con una inversión promedio de 128 mil millones de dólares al año. Esto supone un esfuerzo menor al que requirieron los sectores de energía solar y eólica para alcanzar su escala actual.

En cuanto a medidas inmediatas, IATA propone optimizar el uso de refinerías existentes, diversificar los métodos de producción de SAF más allá de las tecnologías dominantes y establecer un marco global que permita una contabilidad transparente de los beneficios ambientales del SAF. Este marco sería crucial para consolidar un mercado global que facilite la adquisición de SAF por parte de las aerolíneas y fomente la inversión de los productores.

La transición hacia un futuro más sostenible cuenta, además, con el respaldo del público. Encuestas recientes muestran un apoyo mayoritario a los incentivos gubernamentales para la producción de SAF y a que las empresas petroleras prioricen su suministro a las aerolíneas. Según IATA, este nivel de consenso refleja una oportunidad única para acelerar el cambio hacia un modelo energético más limpio y sostenible.


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