Las proyecciones hasta mediados de siglo indican un crecimiento del tráfico aéreo del 1,1 % anual, alcanzando los 11,8 millones de vuelos en 2050 en un escenario base. En paralelo, la masa promedio de CO₂ por pasajero-kilómetro, que disminuyó a 83 gramos en 2023, se reducirá aún más gracias a la integración de aeronaves eléctricas e impulsadas por hidrógeno, así como la renovación de flotas con modelos de última generación.
Descripción general de proyectos comunes 1 (Funcionalidades ATM CP1). Infografía: EASA
El uso de SAF, respaldado por el reglamento ReFuelEU Aviation, será clave para esta transformación climática. Aunque actualmente representan solo el 0,53 % del consumo global de combustible para aviones, se espera que los combustibles sostenibles alcancen un mandato del 70 % para 2050, reduciendo en un 47 % las emisiones netas para ese año. Un submandato adicional establecerá que el 35 % del combustible provenga de fuentes sintéticas electrónicas (e-fuels), priorizando su desarrollo como una de las tecnologías más prometedoras para la reducción de carbono.
La modernización del espacio aéreo bajo el programa del Cielo Único Europeo complementará estos esfuerzos. Este proyecto, en el que la UE apuesta por la digitalización y la mejora de gestión en el tráfico aéreo, podría reducir en un 9,3 % las emisiones de CO₂ por vuelo. Además, la implementación de rutas de libre tránsito transfronterizo se estima que ahorrará hasta 94.000 toneladas métricas de CO₂ al año para 2026, optimizando la eficiencia en las operaciones.
Emisiones de CO2 de vuelos. Gráfico: EASA
Sin embargo, no todos los indicadores son optimistas. Las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOₓ), que han crecido más rápido que las de CO₂ desde 2005, seguirán siendo un desafío si no hay avances importantes en las tecnologías de motores. A esto se suma la presión sobre las tasas de producción de SAF, que necesitan bajar sus costos actuales para competir con los combustibles fósiles.
Emisiones de NOx de vuelos. Gráfico: EASA
El informe también subraya compromisos con nuevas normativas tecnológicas y medioambientales a corto y largo plazo. En particular, se establecerán estándares más estrictos para aviones y motores, así como inversiones en tecnologías emergentes como sistemas eléctricos e hidrógeno. Además, iniciativas como Horizon Europe, con un presupuesto de 95.000 millones de euros, lideran la investigación en combustibles y diseños aeronáuticos innovadores.
Vuelos de llegada y salida en aeropuertos de la UE27+AELC. Gráfico: EASA
Con Europa registrando un calentamiento el doble de rápido que el promedio mundial, la transición hacia una aviación descarbonizada resulta vital. La colaboración entre gobiernos, la industria y los ciudadanos será esencial para que el sector cumpla los objetivos climáticos y mantenga la conectividad que define su esencia estratégica.
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