La IATA redefine los parámetros globales para medir el impacto climático del SAF

Ilustración generada con Flux.
Ilustración generada con Flux.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha presentado su metodología de contabilización e información de emisiones del combustible de aviación sostenible (SAF), un marco técnico diseñado para unificar los criterios de medición de la reducción de CO₂ generada por estos combustibles alternativos. Este sistema, desarrollado con aportes de más de 40 aerolíneas y alineado con estándares como el CORSIA de la OACI, busca eliminar ambigüedades en la certificación ambiental del sector.

Un hito para la transparencia climática

El SAF, considerado la pieza angular para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, podría aportar más del 60% de las reducciones de CO₂ necesarias en la aviación. Sin embargo, su implementación masiva requiere un sistema de contabilidad robusto que evite el doble cómputo de emisiones y garantice la integridad ambiental. La metodología de IATA resuelve este desafío mediante cálculos basados en el volumen adquirido de SAF, independientemente de su ubicación física o modelo de cadena de suministro.

Marie Owens Thomsen, vicepresidenta senior de Sostenibilidad de IATA, destacó que este marco permitirá a las aerolíneas reclamar beneficios climáticos ante reguladores y mercados voluntarios: "Con esta herramienta, un vuelo entre Santiago y Fráncfort podrá certificar reducciones aunque el SAF se haya suministrado en Singapur".

Pilares técnicos de la metodología

El sistema se sustenta en dos enfoques complementarios: las métricas del tanque a la estela (TTW, del inglés Tank-to-Wake), que miden solo las emisiones directas de la combustión, y las del pozo a la estela (WTW, del inglés Wll-to-Wake), que incluyen toda la huella desde la producción hasta el uso. Esta flexibilidad permite adaptarse a marcos regulatorios diversos como el EU ETS o el CORSIA.

Un aspecto crítico es el tratamiento diferenciado de las emisiones biogénicas (provenientes de materia orgánica) y no biogénicas (como el CO₂ capturado). Según el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHGP), las primeras se reportan fuera del Alcance 1, mientras que las segundas siguen estándares técnicos específicos.

Hacia un mercado global de SAF

La metodología sienta las bases para el Registro Global de SAF que IATA lanzará en abril de 2025. Esta plataforma rastreará cada lote de combustible sostenible, vinculando los atributos ambientales (Alcances 1 y 3) a certificados digitales intransferibles. Así, una tonelada de SAF solo podrá reclamarse una vez, ya sea por la aerolínea en sus emisiones directas o por un pasajero corporativo en su huella indirecta.

El documento también introduce innovaciones para usuarios finales: las aerolíneas podrán asignar reducciones de CO₂ a pasajeros individuales o cargamentos usando factores de intensidad ajustados. Por ejemplo, un vuelo Madrid-Bogotá podría mostrar un 5% menos de emisiones si parte del queroseno utilizado fue SAF certificado.

Alineación regulatoria y desafíos pendientes

El marco de IATA es tecnológicamente neutral, pero reconoce la integración de combustibles sintéticos producidos con CO₂ capturado, actualmente excluidos de algunos esquemas regulatorios.

Con esta iniciativa, IATA pretende fortalece su rol de liderazgo en la transición ecológica de la aviación, ofreciendo un lenguaje común para inversores, gobiernos y compañías. El próximo paso será su adopción voluntaria por aerolíneas y su reconocimiento en políticas climáticas nacionales.


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