Dicho informe examina los avances y desafíos en torno a esta tecnologías clave en torno a la producción de los diferentes tipos de combustible de aviación sostenible (SAF por sus siglas en inglés), que puede reducir hasta un 70% de las emisiones de CO₂ respecto al queroseno tradicional. El SAF se presenta como una solución esencial para la descarbonización del transporte aéreo y el cumplimiento de los objetivos climáticos para 2050.
Foto de grupo de autoridades tras la presentación del informe.
El evento, que contó con la participación de representantes de los ministerios de Transporte de ambos países y actores relevantes del sector energético y aeronáutico, reafirmó el compromiso bilateral. El embajador británico, Alex Ellis, subrayó la importancia de la colaboración internacional: “España es un socio clave para nuestra ambición de reducir las emisiones en la aviación. El acuerdo firmado en 2023 es un paso decisivo en esta dirección”.
Además, se destacó la creación de alianzas entre empresas y administraciones como pieza fundamental para desarrollar un mercado robusto de SAF.
El encuentro concluyó con una mesa redonda sobre la producción de SAF en España, donde representantes de empresas como BP, IAG, Repsol y Solarig compartieron sus perspectivas sobre el futuro de esta tecnología en la industria.
Informe “Colaboración entre el Reino Unido y España en materia de producción y regulación de SAF”
El informe "Colaboración entre el Reino Unido y España en materia de producción y regulación de SAF" analiza la producción y el uso de Combustibles Sostenibles de Aviación (SAF) en España y el Reino Unido, con el objetivo de fomentar la colaboración entre ambos países para lograr emisiones netas cero para 2050.
En 2022, la producción mundial de SAF fue de entre 300 y 450 millones de litros, superando los 100 millones de 2021, pero representando menos del 0,2% del consumo total. Se espera que la producción mundial se triplique en 2024, llegando a 1,5 millones de toneladas.
Para 2030, la UE necesitaría aproximadamente 2,3 millones de toneladas, mientras que España requeriría 120.000 toneladas para cumplir con el 2% en 2025 del mandato ReFuelEU Aviation. Este mandato exigirá el 6% de SAF en 2030 y hasta un 70% en 2050. Repsol, por ejemplo, prevé producir 56 kilotoneladas anuales de HEFA y planea aumentar la capacidad de coprocesamiento hasta 187.000 toneladas anuales en 2030. Cepsa y Bio-Oils proyectan producir 500.000 toneladas anuales de SAF y diésel renovable en una nueva planta.
El SAF también cuenta con un mandato en el Reino Unido, que establece una adopción progresiva: un 2% en 2025, 10% en 2030 y 22% en 2040. Además, el Gobierno británico ha destinado 135 millones de libras al desarrollo de proyectos SAF a través del Fondo de Combustibles Avanzados. En este sentido, el mandato del Reino Unido para 2030 exige 1,2 millones de toneladas de SAF, lo que supone más del triple de la producción global actual.
Respecto a las inversiones, el Reino Unido ha invertido 217,8 millones de euros para promover la industria de SAF, con el objetivo de tener al menos cinco plantas en construcción para 2025. Además, se han destinado 64,13 millones de euros adicionales en una segunda ronda del Fondo de Combustibles Avanzados. IAG ha comprometido 865 millones de dólares en compras e inversiones futuras en SAF. Cepsa y Bio-Oils invertirán 1.200 millones de euros en una nueva planta de biocombustibles, y el proyecto HyVal de BP en España suma 2.000 millones de euros. Los precios de recompra propuestos en el Reino Unido son de 2,42 euros por litro para SAF de bioenergía y 3,33 euros por litro para SAF PtL.
El SAF PtL no requiere materias primas basadas en material orgánico. Su proceso consiste en convertir CO₂ e hidrógeno verde en combustible para aviones, utilizando energía renovable como fuente de energía.
La conclusión principal del informe es la necesidad de una mayor colaboración entre las administraciones y el sector privado, requiriendo la creación de grupos de trabajo especializados y una cooperación a lo largo de toda la cadena de valor. La incertidumbre regulatoria es un gran obstáculo para la inversión, por lo que se necesita una legislación más clara y homogénea a nivel internacional para reducir riesgos. El SAF PtL es crucial para el futuro, pero su desarrollo lento necesita más incentivos.
Finalmente, la credibilidad del sistema de certificación y la lucha contra el fraude son vitales, requiriendo criterios comunes a nivel internacional. En resumen, se necesita una acción coordinada entre gobiernos e industria para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones en la aviación, abordando la incertidumbre regulatoria, la falta de incentivos y el impulso de la tecnología PtL.
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