El e-SAF, derivado de hidrógeno verde y dióxido de carbono reciclado, tiene el potencial de reducir hasta un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de su ciclo de vida en comparación con los combustibles convencionales para aviones. Este proyecto no solo beneficiará a los países escandinavos, sino que también contribuirá a satisfacer la creciente demanda global de alternativas sostenibles en el transporte aéreo.
Steve Gillard, director regional de sostenibilidad de Boeing, destacó que esta inversión refuerza el objetivo de la industria de alcanzar cero emisiones de carbono netas para 2050, una meta alineada con las políticas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Asimismo, la cooperación con Norsk e-Fuel busca crear un ecosistema robusto que permita la comercialización de combustibles sostenibles, haciendo que estos sean más accesibles y asequibles para las aerolíneas.
Por su parte, Lars Bjørn Larsen, director de operaciones de Norsk e-Fuel, enfatizó la importancia de esta colaboración para acelerar el desarrollo de combustibles sintéticos y competir con los fósiles. Además, subrayó cómo este avance podría transformar la infraestructura del sector para facilitar una transición sostenible.
La iniciativa coincide con las metas de la Unión Europea establecidas en RefuelEU SAF, que buscan aumentar la proporción de combustible sostenible en la aviación al 6% en 2030 y al 70% en 2050. Además, plantea objetivos específicos para los combustibles sintéticos como el e-SAF: alcanzar un 1,2% en 2030 y un 35% en 2050.
Norwegian, la principal aerolínea de Noruega y socia de Norsk e-Fuel, también celebró la participación estratégica de Boeing, subrayando la importancia de un marco legislativo favorable para maximizar el potencial de estos avances en combustibles renovables.
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