En 2014 estableció una fábrica en China (Chongqing), con una inversión de más de 400 millones de dólares, donde lleva a cabo el ensamblaje y mantenimiento de aeronaves que sirven a los mercados de la región Asia-Pacífico. En conjunto, el grupo tiene pedidos por un valor superior a los 1.700 millones de dólares y ha entregado más de 4.000 aviones.
Pilatus instalará su planta de producción muy cerca del aeropuerto de Sevilla, donde actualmente también se lleva a cabo el ensamblaje final del A400M de Airbus. No se establecerá en el Parque Aerópolis, en La Rinconada, donde se agrupan muchas empresas de este sector en Andalucía, lo hará en el municipio vecino de Carmona, específicamente en el nuevo Parque Logístico e Industrial.
Estos terrenos son propiedad del ayuntamiento, a través de Sodecar (Sociedad para el Desarrollo de Carmona), y de la Junta de Andalucía, a través de AVRA (Agencia de la Vivienda y Rehabilitación de Andalucía). En este lugar también se encuentra la empresa Sofitec, especializada en la fabricación de aeroestructuras, junto con varias multinacionales logísticas como Seur, Nacex, entre otras.
Pilatus fabrica el PC-12, del que se han vendido más de 1.800 unidades, una aeronave de negocios con capacidad para 8 pasajeros que ofrece una autonomía de vuelo de 2.750 kilómetros, muy utilizado en Europa y con una amplia presencia en los Estados Unidos. En 2015, la empresa presentó su nuevo modelo Pilatus PC-24, capaz de aterrizar en pistas cortas y en diversas superficies como hierba, nieve y tierra, lo que le otorga acceso a más de 20.000 instalaciones. Con un alcance de 3700 km, superior al de los reactores ligeros de su clase, también puede ser utilizado como avión de carga o para evacuaciones médicas gracias a su amplia puerta.
En el ámbito de la Defensa, Pilatus ha desarrollado el Pilatus PC-21, introducido en 2002. La flota actual comprende casi 250 PC-21. Los clientes incluyen algunas de las principales fuerzas aéreas del mundo de Europa, Australasia y el Medio Oriente. El Gobierno español ha encargado a la compañía suiza 40 aviones de este modelo por un total de 445 millones de euros.
El pedido inicial del E.27, como se denomina internamente en el Ejército del Aire y del Espacio, fue de 24 unidades por un importe de más de 300 millones. Posteriormente, se decidió ampliarlo en otras 16 unidades más destinadas a reemplazar a los entrenadores de la Escuela Elemental de la Academia General del Aire de San Javier, los ENAER T-35C Pillán, conocidos como E.26 Tamiz y que llevan en servicio 35 años.