Aunque sólo se registraron heridos leves, el incidente suscita una mayor preocupación sobre la seguridad de la aeronave, tanto para el fabricante como para los operadores, y aumenta el escrutinio sobre los requisitos de inspección. Se trata de un problema más de la línea 737 MAX de Boeing, que parece estar plagada de problemas de diseño, producción y seguridad.
La orden de la FAA de inmovilizar los B 737 MAX 9, que también han adoptado otros organismos reguladores de todo el mundo, debería afectar a unos 171 aviones de un total de 215 en servicio en todo el mundo, la mayoría de los cuales operan en EE.UU. Alaska Airlines y United Airlines son dos de los principales operadores de aviones B 737 MAX 9, con 65 y 79 aviones en servicio, respectivamente, según datos de Cirium Aviation Analytics (Cirium).
Como resultado del mandato de inspección de la FAA, ambas aerolíneas se vieron obligadas a cancelar una serie de vuelos el sábado y el domingo, lo que representa el 20% de los vuelos programados el domingo para Alaska Airlines y el 8% para United Airlines. En el momento de esta publicación, otros operadores de primera línea, como Copa Airlines (29 en servicio, según Cirium), Aeroméxico (19 en servicio) y Turkish Airlines (5 en servicio) también han anunciado la inmovilización temporal de los aviones.
No hay aviones afectados actualmente en servicio en la Unión Europea ni en el Reino Unido. Morningstar DBRS no califica públicamente ninguna de las aerolíneas afectadas. Es probable que la inspección continúe esta semana, ya que requiere entre cuatro y ocho horas por avión.
El incidente actual no carece de precedentes en el sector de las aerolíneas ni en la línea Boeing MAX. Hubo un período de inmovilización prolongado de aproximadamente 1,5 años para los aviones Boeing 737 MAX debido a problemas de seguridad tras dos accidentes aéreos en 2018 y 2019, que afectaron materialmente a las aerolíneas que operaban los aviones, así como al propio fabricante. Desde la agencia de calificación crediticia apuntan que, los problemas actuales que se están investigando pueden resultar ser relativamente menores y afectar a un menor número de aeronaves durante un período de tiempo más corto.
En este momento, la directiva de inspección de la FAA se limita sólo a una pequeña parte de la flota total de B 737 MAX, aun así, interrumpirá temporalmente las operaciones de ciertas aerolíneas que tienen una mayor proporción de aviones afectados (como Alaska Airlines y United Airlines).
Desde Morningstar DBRS no esperan un impacto significativo a largo plazo en el perfil crediticio del sector aéreo o de las propias aerolíneas, a menos que el problema actual dé lugar a una inmovilización prolongada de los aviones (como la identificación de un defecto de diseño fundamental).
Este incidente, destacan desde la agencia de calificación, pone de relieve la vulnerabilidad del sector a las interrupciones operativas, así como a las vulnerabilidades de fabricación y diseño de los modelos de avión. Estas perturbaciones podrían escapar al control de las compañías aéreas y afectar a la actividad de viajes a corto plazo.