Según Brendan Sullivan, Director Global de Carga de la organización internacional “La carga aérea tuvo un año espectacular en 2021 logrando 204 mil millones de dólares en ingresos. En este momento sin embargo, los desafíos sociales y económicos están aumentando.
La guerra en Ucrania ha interrumpido las cadenas de suministro, los precios del combustible son altos y la volatilidad económica ha frenado el crecimiento del PIB. De todos modos, hay avances, el comercio electrónico continua creciendo, las restricciones de COVID se han suavizado y los productos de carga especializados de alto valor, como los medicamentos, están demostrando ser resistentes a los altibajos económicos.
En el futuro, es fundamental lograr nuestro compromiso de cero emisiones netas, modernizar los procesos, encontrar mejores soluciones para transportar de manera segura las baterías de litio y hacer que la carga aérea sea atractiva para los nuevos talentos”.
Las claves según la IATA
Según la IATA los puntos clave son: lograr emisiones netas de carbono cero para 2050, hallar formas simples y prácticas para el transporte de baterías de litio de forma segura y relativamente económica, persistir en la actualización de los todos procesos y convertir al transporte de carga aérea en un atractivo sector de trabajo para los jóvenes.
El sector de la carga aérea se encuentra en mejor posición que en 2019, financieramente más fuerte y más eficiente, gracias a los esfuerzos que realizaron los actores del negocio aeronáutico. Hay un repunte del tráfico de viajeros, lo que trae también una mayor disponibilidad de bodegas que deben atender a un sostenido comercio electrónico.
Mejores procedimientos permiten que un cliente pueda rastrear su mercancía en tiempo real y en cualquier lugar del mundo, integrar sofisticados sistemas electrónicos al movimiento carguero y flexibilizar las normativas estatales es el próximo desafío.
Los marcos regulatorios dependen de los estados nacionales y allí debe interactuarse con mayor rapidez y eficiencia. Todavía es lenta y compleja la relación con los gobiernos, en especial con los rígidos estados latinoamericanos, que demostraron durante la pandemia ser notablemente limitativos y excesivamente cautos en los procederes de sus administraciones. (Luis Piñeiro)