La industria aeronáutica, en estrecha colaboración con los organismos internacionales, está demostrando un firme compromiso con la reducción de emisiones para el año 2050. Esta es la conclusión que se puede extraer del Informe sobre la Sostenibilidad en el Sector Aeronáutico de 2022 elaborado por el COIAE.
El Colegio quiere con este informe, salir al paso de los frecuentes mensajes que señalan a la aviación como causa principal de la contaminación en el sector transporte. La aviación es uno de los sectores que genera un menor volumen de emisiones globales en comparación con otros modos de transporte. Concretamente, en el año 2019 año de mayor actividad hasta el momento, la aviación fue la responsable del 13,4% de las emisiones del sector transporte en la Unión Europea, mientras que el transporte por carretera fue responsable del 71,7% y el marítimo del 14% (datos “Inventario de emisiones de la UE 2019”).
El objetivo del Informe elaborado por el COIAE trata de concienciar sobre los desafíos y necesidades de la problemática ambiental que la aviación afronta. Todas estas cuestiones serán el tema de las diferentes mesas en la ‘III Cumbre del Clima en el sector aeronáutico’ del próximo día 11 de diciembre de 2023, en la que participarán diferentes expertos del sector de la aviación.
Compromisos y tratados
Con respecto a 2022, destacaron algunos acuerdos como, por ejemplo, la Declaración de Toulouse, en la que 37 países europeos y cerca de 150 entidades privadas se comprometieron a alcanzar la neutralidad neta de carbono para la aviación en 2050, además de cumplir ciertos objetivos intermedios.
En el ámbito de las políticas, programas como CORSIA y el esquema de la UE ETS han sido revisadas y actualizadas. Estas juegan un papel crucial al regular y compensar las emisiones de la aviación.
Por parte de los agentes privados, tanto fabricantes como aerolíneas, han aprobado iniciativas de diversa naturaleza con el objetivo de desarrollar e implementar tecnologías disruptivas en el futuro, como es el programa Energía de Embraer (centrándose en la propulsión eléctrica y basada en pila de hidrógeno), o de mejorar las soluciones convencionales conduciendo a soluciones menos contaminantes en un corto-medio plazo, como por ejemplo el motor turbofán UltraFan de Rolls Royce (cuya gran relación de derivación reduce el consumo específico y el ruido emitido por la aeronave). El abanico de iniciativas es amplio, incluyendo desde mejoras progresivas de las tecnologías actuales hasta propuestas revolucionarias a largo plazo, que aspiran a cambiar por completo el paradigma del transporte aéreo en el mundo.
Tecnologías e innovación
El sector aéreo está liderando la búsqueda de soluciones innovadoras, que incluyen la mejora de tecnologías existentes como el desarrollo de nuevos conceptos disruptivos de cara al objetivo ambicioso de ‘cero emisiones’ marcado para 2050. Algunas de las ideas planteadas que más resuenan en la actualidad son:
Aeronaves híbridas/eléctricas
Se han planteado numerosas soluciones y combinaciones posibles para la introducción progresiva de la energía eléctrica como fuente de alimentación de diversos sistemas, principalmente la propulsión de la aeronave. Las estrategias varían desde recuperar energía de los motores para alimentar otros sistemas hasta propulsar la aeronave íntegramente con motores eléctricos, bien sea alimentados por baterías o bien por pilas de hidrógeno.
Si bien las baterías eléctricas presentan hoy en día una “baja densidad energética” en comparación con los combustibles fósiles, lo cual limita mucho el alcance y la autonomía de una aeronave, algunos fabricantes ya están implementando la propulsión eléctrica a escalas pequeñas y en modelos experimentales (Pratt & Whitney Canada planea ensayar su modelo híbrido Dash 8-100, propulsado por motores térmicos y eléctricos).
Cabe resaltar que, en cualquier solución tecnológica, y en especial en la electricidad (como vector energético) es necesario analizar el ciclo de vida completo para garantizar que los principios de sostenibilidad sean cumplidos tanto en la producción como en la vida útil de cada producto.
Resaltar que en 2022 se produjo el primer vuelo de una aeronave comercial con propulsión eléctrica por baterías (Eviation Alice) y en enero de este año el primer vuelo propulsado con pilas de Hidrógeno (ZeroAvia).
Hidrógeno y combustibles sostenibles (SAF)
El hidrógeno empleado como combustible es una de las grandes esperanzas del transporte sostenible en el futuro (no solo en la aeronáutica) debido a su poder energético equiparable a los combustibles tradicionales y su ‘limpieza’ casi total en cuanto a emisiones contaminantes se refiere. Los desafíos que deben afrontar los fabricantes consisten, esencialmente, en la dificultad de almacenamiento/transporte y en su baja densidad energética (se requiere mucho más volumen de capacidad de almacenamiento para almacenar hidrógeno que el equivalente energético en combustibles fósiles).
Hasta que esta opción sea tecnológicamente viable, la estrategia menos costosa y que requiere menos modificaciones a las aeronaves e infraestructuras actuales, es recurrir a los combustibles sostenibles (o SAF, por sus siglas en inglés). Si bien ya se estaban introduciendo los SAF en mezclas con combustibles fósiles, el objetivo es lograr la compatibilidad de los motores térmicos con los SAF al 100%. Destaca la prueba que realizó Airbus con su A380 en 2021 con un motor funcionando exclusivamente con SAF.
Mejoras de eficiencia y de diseño
En la actualidad, los fabricantes siguen implementando mejoras en la eficiencia de las aeronaves que impliquen reducciones en el consumo de combustible (mejorando la eficiencia energética) tanto en las plantas propulsivas como en otros: nuevos diseños de ala, reducción del peso, control activo del ala, etcétera. Por su parte, organismos de control de tráfico aéreo y aerolíneas buscan implementar rutas y operaciones de las aeronaves más eficientes que también reduzcan el consumo y, con ello, las emisiones contaminantes.
Conclusiones
El camino hacia una aviación sostenible, tan necesaria en nuestro tiempo de emergencia climática, es sin duda irreversible, como demuestran los compromisos firmes alcanzados en 2022, tanto dentro de la industria como a nivel gubernamental e internacional. La concienciación sobre las emisiones (especialmente de CO2) y la compensación de las mismas está en el centro de la estrategia, junto con la implementación de políticas y regulaciones que promueven activamente la aviación sostenible. La colaboración entre la industria, los gobiernos y la sociedad se destaca como un factor clave para lograr estos objetivos.
La industria aeronáutica ha sido siempre líder en innovación, exportando gran parte de sus avances al resto de las industrias, y en el reto del transporte sostenible seguirá la misma línea.
A pesar de los notables avances, se reconoce la existencia de desafíos en la ampliación de la producción e implementación de estas iniciativas. Sin embargo, se mantiene una esperanza sólida de un futuro más verde y limpio en la aviación, respaldado por la continua innovación y el compromiso colectivo con la sostenibilidad.