El beneficio neto, aunque todavía negativo, mostró una notable mejora. La pérdida neta se redujo a 31 millones de dólares, comparada con los 355 millones de dólares perdidos en el primer trimestre de 2024. Este resultado refleja la recuperación operativa y una mayor eficiencia en la entrega de aeronaves, especialmente en los programas 737 y 787, que están en proceso de aumentar su ritmo de producción para responder a la demanda global.
La división de Aviones Comerciales generó 8.100 millones de dólares en ingresos, con un margen operativo negativo del 6,6%, pero muy superior al -24,6% registrado un año antes. Boeing planea aumentar la producción del 737 a 38 aviones mensuales antes de que termine el año y buscará la aprobación de la FAA para llegar a 42 unidades mensuales en el transcurso de 2025. El programa 787 Dreamliner mantiene una producción estable de cinco aviones al mes, con la meta de alcanzar siete mensuales este mismo año.
En cuanto al flujo de caja, la compañía reportó un flujo operativo negativo de 1.616 millones de dólares y un flujo de caja libre también negativo en 2.300 millones de dólares, aunque ambos datos muestran una mejora frente a los resultados del año anterior. La cartera de pedidos total de Boeing creció hasta los 545.000 millones de dólares, incluyendo más de 5.600 aviones comerciales pendientes de entrega.
En el segmento de Defensa, Espacio y Seguridad, Boeing alcanzó unos ingresos de 6.300 millones de dólares y un margen operativo del 2,5%, con 26 aeronaves entregadas en el trimestre. Además, la compañía fue seleccionada por la Fuerza Aérea de Estados Unidos para desarrollar el nuevo caza F-47, un contrato relevante para su futuro en el sector de defensa.
El consejero delegado de Boeing, Kelly Ortberg, destacó que estos resultados reflejan avances en la recuperación de la compañía y la preparación para un crecimiento sostenido en la segunda mitad del año.
Boeing encara el resto de 2025 con una sólida cartera de pedidos y una mejora operativa que, según la compañía, allana el camino para volver a la rentabilidad y aumentar la producción en sus principales programas comerciales y de defensa. Sin embargo, la reciente guerra de aranceles iniciada por Trump, amenaza estas previsiones, ya que China ha reaccionado pediendo a sus compañías aéreas que no reciban aviones del fabricante americano.
Deje un comentario