Las reparaciones pueden llevar más tiempo si los proveedores carecen de mano de obra o de eficacia. Un mayor número de mecánicos con menos experiencia podría significar que no tienen la capacidad de reparar una pieza, lo que significa que habría que sustituirla por una nueva, que suele ser más costosa. Una preocupación obvia es que esa carencia acabe provocando un accidente, a pesar de los sistemas de control y equilibrio existentes en el sector.
“Tampoco se puede ignorar el hecho de que las salidas de pista muestran una tendencia más alta en 2024 que en 2023, con al menos 23 registradas en todo el mundo de enero a mayo de 2024, causadas por problemas meteorológicos y técnicos, entre otros. Asimismo, se ha producido un notable aumento de los siniestros de asistencia en tierra en los grandes aeropuertos. Aunque las reclamaciones por 'air rage' han caído en picado desde la pandemia, observamos un aumento de las reclamaciones por daños derivadas de la creciente demanda de viajes y escapadas en helicóptero”, asegura Cristina Schoen, directora global de Siniestros de Aviación de Allianz Commercial.
El despegue complicado de las aeronaves SAF y eVTOL
La aviación aporta alrededor del 2% de las emisiones mundiales y está centrando sus esfuerzos en la sostenibilidad, comprometiéndose a alcanzar el objetivo de cero neto en 2050. Pese a la carencia de una solución milagrosa para la descarbonización, no se debería de restar importancia a los interesantes avances en curso. En este sentido, el combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) sigue atrayendo mucha atención y se están empezando a aplicar objetivos obligatorios. Las mejoras de la tecnología existente siguen avanzando a buen ritmo, igual que las innovaciones.
Además, el mercado de las aeronaves ecológicas de despegue y aterrizaje vertical eléctrico (eVTOL), que pueden transportar pasajeros o carga, está llamado a crecer significativamente en el futuro y es probable que este año se suscriban las primeras coberturas de seguros para usos operativos.
Sin embargo, un acontecimiento que ha pasado desapercibido y que podría obligar a una mayor rendición de cuentas que cualquier avance tecnológico es el desarrollo e implicaciones de la Directiva de la Unión Europea sobre la elaboración de informes de sostenibilidad de las empresas (CSRD), y otras normativas similares en todo el mundo. En ellas se exige a las empresas que divulguen información exhaustiva sobre su rendimiento e impacto medioambiental, social y de gobernanza (ASG).
“La normalización de dichos informes puede fomentar la confianza de los inversores y otras partes interesadas, así como de las empresas con mejores resultados, demostrando el liderazgo de esta industria en la descarbonización. Y, lo que es más importante, debería mejorar las prácticas de sostenibilidad en todo el sector. Esta responsabilidad obligará a las compañías a comprometerse con el tema y la inversión seguramente seguirá al compromiso”, afirma Adam Tozzi, Director de Suscripción Global de Tareas y Procesos de Aviación en Allianz Commercial.
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