El consejero delegado de Airbus añadió que la situación con Spirit Aerosystems está afectando a la producción de los aviones A350 y A220, y A350 Freighter, debido a que se necesita trabajo de desarrollo adicional en este modelo. A pesar de estos desafíos, Airbus mantiene su objetivo de alcanzar una tasa de producción de 12 A350 al mes en 2028.
Faury aseguró que Airbus está trabajando para mitigar el impacto de la crisis de Spirit Aerosystems y que se espera que la transacción se cierre a mediados de este año 2025.
Este escenario está marcado por problemas en la cadena de suministro, desafíos logísticos y un entorno competitivo entre los principales fabricantes.
Situación crítica de Spirit AeroSystems
La situación financiera de Spirit AeroSystems en 2025 es crítica, marcada por pérdidas significativas y problemas de liquidez que ponen en duda su viabilidad como negocio en marcha. Durante 2024, la compañía acumuló pérdidas por 2,100 millones de dólares, incluyendo 413 millones de dólares solo en el cuarto trimestre, mientras que sus ingresos trimestrales cayeron a 1,660 millones de dólares, por debajo de los 1,810 millones de dólares del mismo periodo del año anterior. Además, enfrenta un déficit de efectivo proyectado entre 650 y 700 millones de dólares para la primera mitad de 2025.
Las huelgas y los defectos de fabricación en Boeing han tenido un impacto significativo en la situación financiera y operativa de Spirit AeroSystems, uno de sus principales proveedores. Por un lado, la huelga de trabajadores de Boeing, que paralizó la producción de modelos clave como el 737 MAX, 767 y 777, obligó a Spirit a implementar medidas drásticas como el despido temporal de 700 empleados y restricciones operativas. Esto generó acumulación de inventarios, interrupciones en la cadena de suministro y una reducción en los ingresos proyectados, exacerbando las tensiones financieras de Spirit.
Por otro lado, los defectos de fabricación en las estructuras producidas tanto por Boeing como por Spirit han intensificado los problemas. La Administración Federal de Aviación (FAA) identificó fallos significativos en los controles de calidad durante auditorías recientes, lo que llevó a una mayor supervisión regulatoria y a la implementación de inspecciones adicionales en las plantas de Spirit. Estos defectos incluyen errores en el ensamblaje del fuselaje del 737 MAX y problemas relacionados con componentes críticos como el "door plug" del modelo 737-9 MAX, que resultaron en incidentes graves. Estas irregularidades no solo han generado costos adicionales para Spirit, sino que también han dañado su reputación y aumentado la presión para mejorar sus procesos.
Para mitigar esta crisis, Spirit ha recibido apoyo financiero tanto de Boeing como de Airbus. Boeing adelantó 350 millones de dólares para aliviar problemas relacionados con inventarios y costos operativos, mientras que Airbus otorgó una línea de crédito adicional de 107 millones de dólares. Asimismo, Spirit vendió su unidad Fiber Materials Inc. por 165 millones de dólares como parte de sus esfuerzos para mejorar el flujo de caja.
A pesar de estos problemas, Spirit cuenta con una cartera de pedidos valorada en 47 mil millones de dólares gracias a la demanda sostenida de Boeing y Airbus. Aunque esto ofrece cierto respaldo a largo plazo, la sostenibilidad financiera inmediata depende del éxito en estabilizar su flujo de caja y resolver sus problemas estructurales.
Impacto de la adquisición de Spirit AeroSystems por Boeing
Spirit AeroSystems, un proveedor clave de estructuras aeronáuticas tanto para Boeing como para Airbus, ha sido adquirido por Boeing en una transacción que se espera cerrar a mediados de 2025. Este acuerdo busca mejorar la supervisión de calidad y resolver problemas históricos en la producción de Boeing, especialmente relacionados con el fuselaje del 737 MAX. Sin embargo, la integración ha generado complicaciones para Airbus, ya que Spirit también suministra componentes críticos para sus programas, como las secciones centrales del fuselaje del A350 y partes del A220.
Airbus ha tomado medidas para mitigar estos efectos al negociar la adquisición de las operaciones relacionadas con sus programas dentro de Spirit. Este movimiento defensivo tiene como objetivo asegurar la continuidad operativa y futura de estos paquetes de trabajo, aunque el proceso es complejo y requiere inversiones significativas para mejorar la eficiencia operativa de Spirit.
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