Un estudio asegura que en 2025 las aerolíneas enfrentarán un déficit de más de 30.000 pilotos comerciales
Airline92
La escasez de pilotos comerciales es un problema con el que el sector de la aviación lleva años lidiando y, según un estudio de la consultora estratégica Oliver Wyman, para el año 2025 existirá un déficit en este grupo profesional de entre 34.000 y 50.000 personas. En una encuesta a los líderes de operaciones de vuelo de varias aerolíneas de todo el mundo hace dos años, el 62% ya consideraba la escasez de pilotos cualificados como un riesgo clave para el funcionamiento del sector, que se enfrenta ahora a una delicada situación de cara a su crecimiento futuro.
Si bien la escasez de pilotos es un problema que atañe a todas las regiones del globo, algunas lo acusan más que otras. Estados Unidos, por ejemplo, se encuentra en una delicada situación de desequilibrio entre la oferta y la demanda de pilotos debido en gran medida al envejecimiento y jubilación de un sector importante de ese colectivo, así como a una menor fuerza de trabajo proveniente del ejército y a la gran barrera de entrada que supone el coste de la capacitación. De este modo, el país se enfrentará a un déficit de 12.000 pilotos en 2023, aglutinando el 13% del total de la demanda sin cubrir de todo el planeta.
Escasez de pilotos por regiones
En China, por su parte, la escasez de pilotos se debe esencialmente al rápido aumento de la demanda de viajes aéreos impulsada por una creciente clase media, que sitúa al sector ante la obligación de una rapidísima ampliación de capacidades. En esta línea, Asia-Pacífico, otra de las regiones castigadas por la escasez, hará frente a un déficit de 23.000 pilotos para finales de la década. Desde una perspectiva regional, Oriente Medio se suma a las áreas con una escasez más acuciante, mientras que Europa, África y Latinoamérica mantienen un mayor equilibrio entre oferta y demanda.
Si bien el parón generalizado de la actividad social, económica y comercial generado por la pandemia ha dado lugar a un descenso en picado del número de vuelos operados y, en consecuencia, de la demanda de pilotos comerciales, esta situación es momentánea y, de hecho, ya ha comenzado a revertirse. Así, si bien se estima que la recuperación total del número de pasajeros se de entre 2022 y 2024, la demanda de pilotos viene marcada por la salida y utilización de aviones, que ya ha recuperado el 76% de los niveles previos al Covid-19 -alcanzando el 99% en China-.
El impacto de la pandemia entre los profesionales de la aviación
Además, a pesar de que la escasez de pilotos es una situación que el sector de la aviación llevaba años acarreando, la pandemia ha asentado tendencias que, a largo plazo, podrían ahondar este déficit de profesionales al afectar de manera directa a la oferta. En esta línea, la situación generada por el Covid-19 ha dejado patente la naturaleza cíclica de esta profesión, habiendo sido despedidos muchos pilotos ante la repentina crisis de las aerolíneas y habiendo quedado muchos otros en situación de inestabilidad económica, lo que merma los tradicionales ganchos de carrera estable y lucrativa que había atraído históricamente a muchos profesionales hacia este campo.
Además, la crisis del Covid-19 ha provocado que muchas aerolíneas frenen en seco sus programas de formación de nuevos pilotos y muchos bancos recorten la financiación para la formación debido al riesgo identificado en este perfil profesional. Todo ello ha generado un fuerte choque en la oferta y se estima que, aunque muchos de los pilotos despedidos durante la pandemia volverán a sus puestos, entre 25.000 y 35.000 pilotos actuales y futuros podrían decantarse por trayectorias profesionales alternativas durante la próxima década.
De este modo, para abordar el grave inconveniente que supone la escasez de pilotos para el funcionamiento y crecimiento de las aerolíneas, éstas han de configurar soluciones rápidas que pasan, necesariamente, por la reducción de la demanda a través de la optimización de los recursos de tripulación existentes; por la apuesta firme por la formación de nuevos pilotos y por el compromiso con la aplicación de las herramientas necesarias para la retención del talento. En definitiva, la rapidez con la que las aerolíneas puedan recuperar sus operaciones dependerá de la agilidad con la que consigan recuperar y consolidar sus filas de pilotos.
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