El consejero delegado de IAG, Luis Gallego, expresó su optimismo respecto a la propuesta: "Hemos notificado nuestra propuesta de compra de Air Europa a la Comisión Europea. Este acuerdo ofrecerá beneficios a los consumidores y a la economía española en general, además de mejorar la competitividad de Madrid con respecto a otros hubs en Europa". Gallego subrayó la colaboración estrecha con la Comisión Europea desde el anuncio de la operación y anticipó un conjunto ambicioso de medidas correctivas y soluciones que IAG propondrá, con el objetivo de abordar cualquier preocupación regulatoria.
IAG, actualmente es propietaria de las aerolíneas British Airways, Iberia, Vueling, Level y Aer Lingus, y de las marcas no aéreas IAG Loyalty e IAG Cargo. Con una red de rutas global y una flota diversificada, la compañía busca ahora expandir su presencia en España y América Latina a través de la adquisición de Air Europa. Este movimiento estratégico responde no solo a la lógica empresarial de consolidar el mercado, sino también a la ambición de fortalecer la competitividad de Madrid como un importante centro de conexiones en Europa.
Air Europa, hasta ahora propiedad del Grupo Globalia, ha sido un actor clave en la industria aérea española y latinoamericana. La adquisición propuesta permitirá a IAG reforzar su posición en vuelos de largo alcance, especialmente hacia América Latina, donde Air Europa tiene una presencia significativa. El Grupo Globalia, fundado por el empresario español Juan José Hidalgo, ha sido una fuerza importante en diversos sectores, desde el turismo hasta la logística.
Tras un primer intento de compra de Iberia abortado en 2021, la nueva propuesta de adquisición enfrentará un escrutinio detallado por parte de las autoridades regulatorias. La Comisión Europea examinará cuidadosamente el impacto de la transacción en la competencia y evaluará si se requieren medidas correctivas para garantizar un mercado justo y equitativo. IAG, consciente de este escenario, ha declarado su disposición a trabajar estrechamente con las autoridades para abordar cualquier inquietud y garantizar una transición suave.
La industria aérea y los observadores del mercado seguirán de cerca cada paso del proceso, atentos a las implicaciones a largo plazo en el paisaje competitivo de la aviación en España y más allá.
