La reestructuración, indica la empresa, cuenta con el apoyo de una gran mayoría de los tenedores de bonos y se ha hecho de modo voluntario. La compañía destaca su confianza en que esta reestructuración reduzca su deuda, proporcione una mayor flexibilidad financiera y permita mantener la actividad a largo plazo.
A finales de octubre pasado comunicó su intención de vender 23 de sus aviones por unos 519 millones de dólares, así como su propósito de despedir a parte de sus empleados. Informó a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos que el pasado 18 de octubre firmó un acuerdo con la multinacional GA Telesis para vender 23 A320ceo y A321ceo, que están previstos que se entreguen entre octubre de 2024 y febrero de 2025.
Con el objetivo de volver a la rentabilidad también planea disminuir en unos 80 millones de dólares sus costes anuales, principalmente mediante una reducción de plantilla acorde con el volumen de vuelos previstos para el próximo año.
La aerolínea atraviesa una crisis financiera desde enero pasado, cuando JetBlue rompió su acuerdo para comprarla por 6.600 millones de dólares. Previamente, el Departamento de Justicia de Estados Unidos se opuso al acuerdo por infringir las regulaciones antimonopolio. Recientemente, Spirit retrasó el plazo para refinanciar una deuda de más de 1.000 millones de dólares hasta finales de este mes de diciembre.
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