La deuda que acumulaba en ese momento era de 4.100 millones de dólares, casi la mitad a unos 25 arrendadores de aeronaves y el resto en títulos de deuda. De los 138 aviones que actualmente tiene registrados a su nombre Gol, 20 están en tierra. De todos ellos el número de Boeing 737 inactivos de la compañía es notoria, cuando se observa su Centro de Mantenimiento en el brasileño Aeropuerto Internacional de Belo Horizonte, Confins.
Mientras el resto de la serie MAX de Boeing no llegaba, Gol se veía en la necesidad de volver a poner en servicio estos aviones, extendiendo su período de operación. Para ello, sería necesario enviar más aviones fuera de Brasil para mantenimiento, adquirir más piezas, aumentar los contratos con proveedores, además de renovar los contratos de arrendamiento. Todo esto fue una bola de nieve, porque la empresa ya estaba operando a máxima capacidad propia de mantenimiento en sus hangares de São Paulo y Belo Horizonte.
También se reveló que al menos cinco de estos aviones -cuatro 737-800 y un 737-700- se dirigirán a Estados Unidos, para ser operados por una aerolínea de ultra bajo coste, Avelo Airlines.