Sus motores -que permiten una reducción de hasta un 20% en los costes de mantenimiento- emiten un 45% menos de CO2 que los últimos jets regionales de tamaño similar al ATR.
El vuelo partió de Toulouse y realizó dos escalas intermedias, en Lanzarote y luego en Cabo Verde antes de llegar a Brasil. La entrada a territorio brasileño se realizó por Natal, en Rio Grande do Norte, y la escala final del turbohélice fue Belo Horizonte-Confins, donde será nacionalizado.