Sospechas de irregularidades en 2015 en la privatización de TAP afectan las negociaciones con Lufthansa

Avión A330 Neo de la aerolínea TAP Portugal en pista.
Avión Airbus A330 Neo de la aerolínea TAP Portugal en un aeropuerto. Foto: TAP
La Inspección General de Finanzas de Portugal ha publicado una auditoría que destapa sospechas de irregularidades y posibles prácticas delictivas en la privatización de la aerolínea TAP Air Portugal en 2015. La investigación sugiere que el empresario David Neeleman pudo comprar la compañía gracias al dinero de la propia compañía, ya que la operación se formalizó con un crédito de Airbus apoyado en el compromiso futuro de compra de 53 aviones por parte de TAP.

Este documento surge en un momento crítico, ya que Lufthansa se encuentra en negociaciones avanzadas para adquirir el 20% de la compañía. La investigación se centra en la operación de privatización llevada a cabo bajo el gobierno de Passos Coelho, en la que el empresario David Neeleman jugó un papel clave.

Neeleman adquirió TAP con un préstamo de 226 millones de dólares facilitado por Airbus. Como parte del acuerdo, TAP se comprometió a comprar 53 aviones Airbus, lo que ha levantado sospechas sobre la legalidad del proceso, ya que podría haberse burlado el Código de Sociedades Comerciales de Portugal. 

La auditoría resalta que "los mecanismos de control financiero durante la privatización fueron inadecuados y no se cumplió con la normativa del Código de Sociedades Comerciales de Portugal", lo que sugiere una falta de transparencia y posible incumplimiento legal. Esto incluye la utilización de garantías financieras basadas en los ingresos futuros de la aerolínea, lo que se considera una práctica de alto riesgo que no fue debidamente justificada ni avalada por análisis financieros rigurosos.

La auditoría de la Inspección General de Finanzas concluye que los indicios de posibles delitos deben ser investigados por la Fiscalía. Estas sospechas complican aún más las negociaciones actuales, en las que Lufthansa busca consolidarse como accionista principal. A la par, las revelaciones pueden generar dificultades políticas, especialmente para los partidos involucrados en el proceso de privatización de 2015.

La situación se vuelve aún más compleja porque TAP Air Portugal, ahora bajo control estatal tras la recompra del gobierno en 2020 para evitar su caída tras la pandemia, ha mostrado una recuperación financiera significativa, lo que ha impulsado el interés de Lufthansa. Sin embargo, el informe sugiere que la compañía podría haber acelerado su venta debido a la presión política y las circunstancias heredadas de gestiones anteriores.

La aclaración de la compleja relación entre Neeleman, Airbus y los antiguos gestores de TAP, destapada por la auditoría, será clave para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades legales en uno de los episodios más controvertidos de la historia reciente de la aviación portuguesa.


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