“The Sustainable Flight Challenge” es una propuesta consistente en una competición amistosa entre las compañías que integran la alianza y algunas de sus filiales, para contribuir a la aceleración de la innovación y el cambio en el sector, reduciendo al máximo el impacto en el medioambiente mediante buenas prácticas que puedan implementarse en la operativa diaria.
El reto establece este año un total de 33 categorías diferentes con siete ganadores principales, distinguiendo entre vuelos de corto, medio y largo radio. Cada una de dichas categorías reconocerá la aplicación de soluciones de responsabilidad avanzadas con el objetivo de que las más exitosas se puedan llevar a la práctica.
En el caso de Air Europa, el vuelo operado, clasificado como de corto radio, se organizó para que tanto las operaciones en tierra como en el aire fueran lo más eficientes posibles. Entre las medidas más importantes adoptadas, destacó el uso de SAF (combustible sostenible para la aviación), producido por Repsol a partir de materiales renovables, como residuos orgánicos no alimentarios, promoviendo así la máxima circularidad y sostenibilidad. Asimismo, en las maniobras en tierra se emplearon vehículos eléctricos para la carga, arrastre y remolque del aparato
El equipo de Control de Espacio de Air Europa trabajó con otras áreas de la compañía para definir el vuelo y la fecha óptimos, tanto en términos de carga como de pasaje, definiendo también la ruta más adecuada para minimizar el consumo de combustible.
A bordo, se optó por ofrecer sólo productos frescos de proximidad en la propuesta gastronómica, utilizando en todo momento recipientes, vasos y cubiertos biodegradables. Todos los residuos generados se separaron para su posterior procesamiento y reciclaje, garantizando así su transformación para nuevos usos futuros.
De cara a reducir el consumo de papel, se potenció el check-in online para evitar que los pasajeros llevaran impresos sus billetes. Asimismo, los menús a bordo se facilitaron en papel reciclado y se recurrió al sistema Electronic Flight Bag, que permite a los pilotos sustituir la documentación convencional del vuelo por material digital.
Las personas tuvieron también su papel destacado. Toda la tripulación se seleccionó atendiendo a criterios de paridad para garantizar un equilibrio igualitario. Además, la oficina se situó de manera estratégica, de forma que todo el equipo pudiera llegar andando a las instalaciones, evitando así el empleo de sistemas de transporte contaminantes.
A todo lo anterior se unen las características del Dreamliner, uno de los modelos más eficientes del mercado, capaz de reducir en un 20 % tanto las emisiones como el consumo de combustible gracias a su aerodinámica y tecnología innovadoras. El Boeing 787 permite disminuir también el impacto acústico en un 60 %, lo que beneficia, de forma notable, a las poblaciones cercanas a los aeropuertos.
“The Sustainable Flight Challenge” trata de contribuir a acelerar la innovación sostenible y compartir conocimientos entre los diferentes actores de la industria de la aviación a través de una competición amistosa.