El Directorio centraliza información crítica:
- Disponibilidad de puntos biométricos (control de seguridad, embarque, acceso a salas VIP).
- Requisitos de elegibilidad para viajeros, como nacionalidad, compatibilidad de pasaporte o edad.
- Protocolos técnicos para integrar sistemas entre aeropuertos y aerolíneas aliadas.
Nick Careen, vicepresidente senior de Operaciones, Seguridad y Protección de la IATA, destacó: «La tecnología biométrica es clave para viajes más ágiles. Con esta herramienta y nuestra iniciativa One ID, estamos sentando las bases de un estándar global».
Demostración práctica en Madrid
En la feria, las empresas Airware, IDEMIA e iPassport simularon vuelos ficticios entre Reino Unido y España. Los asistentes pudieron registrarse mediante una app de WorldJet Airline y transitar por controles biométricos en stands, replicando la experiencia real. Este ejercicio subraya el potencial de la herramienta para reducir tiempos en procesos como el momento en el que los viajeros entregan sus maletas facturadas al personal de la aerolínea, o el embarque.
Hacia un futuro sin papeles
La IATA calcula que los sistemas biométricos podrían ahorrar hasta 1,2 horas por pasajero en vuelos internacionales. Con una adopción progresiva, el Directorio no solo optimiza operaciones, sino que allana el camino para acuerdos multilaterales entre países, algo crucial en rutas transcontinentales.
El proyecto se alinea con las tendencias del sector: en 2024, el 68% de los aeropuertos europeos ya usaban identificaciones faciales en alguna fase del viaje. La IATA prevé que, para 2030, el 90% de los procesos se gestionarán mediante biometría interoperable.
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