Las investigaciones iniciales indican que AdP no asignó un puesto de estacionamiento adecuado a la aeronave de Iberia, estacionándola cerca de la terminal cuando había puestos más adecuados y alejados disponibles. Esto atisba que no se consideraron adecuadamente las envergaduras de los diferentes tipos de aeronaves y su correlación con el ángulo de giro en la plataforma. Además, se señala la falta de procedimientos claros para maniobrar aeronaves de gran tamaño en la plataforma del aeropuerto.
Según los Reglamentos de Tránsito Locales (AIS-Perú AMDT 30/22), AdP debe asignar puestos de estacionamiento a las aeronaves que llegan y comunicarse con torre de control para obtener autorización del ATC antes de comenzar el rodaje. Sin embargo, parece que no se siguió adecuadamente este procedimiento desde la torre de control, que debe dar autorización para arrancar motores, realizar remolques de retroceso o recibir instrucciones sobre el rodaje. Si se hubiera recibido instrucciones de virar a estribor, el impacto se habría evitado. También se cuestiona la falta de señalización adecuada en el área.
El Aeropuerto de Pisco, como alternativa al Aeropuerto Jorge Chávez, debería estar preparado para recibir cualquier tipo de aeronave, incluyendo tractores de remolque, a pesar de que sus puestos de estacionamiento permiten la salida autónoma.
Las investigaciones continúan para determinar las responsabilidades específicas de AdP y del subcontratista TALMA Servicios Aeroportuarios S.A., que se encarga del estacionamiento y atención de aeronaves en rampa.
Los daños al avión de Iberia no solo afectan a la estructura del ala, sino que también podrían acarrear pérdidas económicas y dañar la imagen de la compañía.
Deje un comentario