Lula se compromete en Montevideo a resolver la binacionalización del aeropuerto fronterizo de Rivera

Aeropuerto fronterizo de Rivera.
Aunque el tema de la binacionalización no constaba en la agenda previamente propuesta por la cancillería brasileña para este encuentro, en visita a Uruguay, el mandatario brasileño Lula da Silva aceptó públicamente resolver, en quizá pocos días, una decisión que atañe al Aeropuerto Internacional de Rivera (Uruguay), recientemente concedido a la iniciativa privada.

La ciudad de Rivera conforma una sola conurbación sin divisiones con la brasileña de Santana do Livramento, un conglomerado cercano a los 180.000 habitantes, con zona franca, casinos, free shops, explotaciones forestales o minerales y agroindustrias de gran volumen.

La binacionalización, que viene siendo negociada hace 25 años, ha logrado algunos avances, habiendo estado a punto de ser finiquitada durante el anterior gobierno brasileño. Ello significaría la presencia de representantes de la Policía Federal brasileña en la aeroestación, así como agentes aduaneros, lo que agilizaría y abarataría trámites en los destinos de los pasajeros o carga. Además, podría elegirse el destino de los mismos, a manera de quienes usan terminales como Basel-Mulhouse -Freiburg o la multimodal de Tijuana/San Diego.

A su vez, la concesionaria Aeropuertos del Uruguay -la misma que administra varias aeroestaciones, incluidas las de Carrasco y Punta del Este- invertiría próximamente más de 12 millones de dólares en introducir fibra óptica, mejorar la torre de control, re-asfaltado de la pista, instalación de luces Led en la misma, calles de rodaje y plataforma, mejoras edilicias, de sistemas de comunicación y meteorología, así como de accesos a la terminal.

Este aeropuerto es de los pocos que emplazados en la frontera, pueden servir a ambos países (junto con la del Aeropuerto de Artigas, al noroeste, que sirve a la brasileña Quaraí, aún estatal).

El aeropuerto, cuenta con una pista mide 1.830 metros x 45 de ancho, es apta para aeronaves de hasta 32 toneladas y tiene capacidad de recibir reactores Boeing 737 o Airbus 319. Este tipo de aviones ya han aterrizado en misiones VIP brasileñas, así como se han mantenido rutas regulares utilizando desde Cessna Caravan -tanto hacia Montevideo como Porto Alegre- hasta Embraer Brasilia de Río Sul (la subsidiaria regional de la extinta Varig), brevemente Antonov-24B en los 90, y los Let 410 de la brasileña NHT, los ATR-72 de la ya desaparecida BQB, tanto hacia Montevideo, como a Porto Alegre, Florianópolis o Curitiba, además de jets ejecutivos de todo tipo, desde Citation o Falcon Gulfstream V. o Legacy.


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