Indra ha desvelado la estrategia que seguirá para proteger infraestructuras críticas, aeropuertos, edificios oficiales y eventos públicos de la amenaza cada vez mayor que traerá la próxima generación de sistemas aéreos remotamente tripulados. La popularidad de estas aeronaves (UAV) no deja de crecer mientras su coste desciende y sus capacidades de alcance, navegación y carga aumentan.
Contrarrestarlos exigirá “una evolución rápida y constante de los sistemas antidron a un ritmo que pocas empresas en el mundo serán capaces de seguir”, explicó Indra en el evento especializado Countering Drones que tuvo lugar la pasada semana en Londres y al que acudieron las principales tecnológicas europeas, organismos regulatorios y usuarios finales.
Indra lidera este mercado con su sistema ARMS, una tecnología madura que ya ha suministrado para su empleo militar y con la que se ha convertido en una de las empresas de referencia en este ámbito. Incidentes como los vividos en los aeropuertos de Gatwick y Heathrow han puesto de relieve las pérdidas millonarias que puede generar la mera presencia de un aparato de este tipo, ya sea por error del piloto o con intención hostil o ilícita.
Para Indra, la estrategia a seguir para defender cualquier espacio se debe basar en tres principios básicos: adaptación a las necesidades específicas del entorno que se protege, integración y empleo combinado de diferentes sensores y contramedidas, y uso redundante de sensores en número y ubicación.Esta será la forma de hacer frente a drones cada vez más inteligentes y autónomos, que podrán formar enjambres y atacar de forma coordinada.
Para contrarrestarlos se deberá contar con sistemas de vigilancia capaces de detectar e identificar aparatos de pequeño tamaño. Estos sistemas deberán hacer frente a las diferentes estrategias de engaño, ocultación o incluso aturdimiento que los atacantes más especializados puedan utilizar.
Rapidez, inteligencia y precisión
Los sistemas antidron deberán ser capaces de identificar con gran rapidez el tipo y modelo de dron y clasificarlo como amigo o enemigo.Incorporarán contramedidas blandas muy dirigidas y eficaces, algo especialmente importante para emplearlos en aeropuertos sin interferir con radares y sistemas electrónicos, incluyendo los de las aeronaves. La colaboración de gobiernos, fuerzas de seguridad y operadores, reguladores, fabricantes de sistemas e investigadores resultará imprescindible.
El marco regulatorio deberá aclarar quién puede utilizar un sistema antidron, en qué condiciones y con qué límites. Se deberán acordar los procedimientos a seguir en cada escenario dependiendo del tipo de amenaza.
La compañía prestó especial atención en su análisis al caso de los aeropuertos, en los que el sistema antidron tendrá que integrarse con sistemas de gestión de tráfico aéreo (ATM) y de gestión de aeronaves no tripuladas (UTM) para discriminar las aeronaves autorizadas de las que pueden representar una amenaza.
Las contramedidas que se utilicen en este entorno deberán ser especialmente precisas para no afectar a la seguridad ni interrumpir el servicio. En el caso militar, el sistema deberá integrarse con sistemas de defensa aérea. Indra es una de las pocas empresas en el mundo que domina todas las tecnologías implicadas en el desarrollo de los sistemas antidron. Es uno de los principales fabricantes de radares y sistemas de defensa aérea del mundo, lidera también el desarrollo de sistemas de defensa electrónica, sensores de todo tipo, comunicaciones y desarrolla drones propios. Es además uno de los principales proveedores de sistemas ATM con proyectos entregados en 160 países y cuenta con la solución Indra Air Drone para la gestión UTM.