Galeão tiene una de las pistas más largas de Sudamérica, de 4.000 m. y 45 de ancho (sólo superada por la de pruebas de 4.967 de Gavião Peixoto del fabricante de aviones Embraer y la de Quito, de 4.100, aunque a 2.400 m. de altura), junto a otra de 3.180 y 47. En la primera operó el “Concorde” regularmente entre 1976 y 1982 y como chárter hasta 1998. Dicha extensión es particularmente importante, no sólo en términos de seguridad, sino en lo atinente a vuelos directos de gran alcance. En ese caso, de casi 12.000 km., el más lejano partiendo desde Río es el de Emirates hacia Dubai, 4 veces por semana.
Santos Dumont, en cambio, con una pista principal de menos de 1.324 m. y rodeado de obstáculos en su entorno (Pan de Azucar, el puente Río-Niteroi, rascacielos y mar), aun debatiéndose desde hace años su eventual internacionalización regional, sólo atiende vuelos domésticos, especialmente provenientes de los 3 aeropuertos de São Paulo: Guarulhos, Viracopos/Campinas y el céntrico de Congonhas, principalmente éste último, con el cual hace décadas se instaló un llamado puente aéreo.
Hoy llegan a Santos Dumont vuelos prácticamente de todo Brasil. También se aloja allí al Grupo de Inspecciones en Vuelo (GEIV) de la Fuerza Aérea, que, con sus birreactores Embraer “Legacy” especialmente acondicionados, recorren aeropuertos brasileños y del Cono Sur revisando radio ayudas en aerovías y aeropuertos. Sin embargo, el Estado de Río de Janeiro y la propia capital tienen otros aeropuertos, de creciente actividad. En la propia urbe, hacia el Sudoeste, casi contra la Barra de Tijuca, está Jacarepaguá/Roberto Marinho. Pese a su limitada pista de 900 m., recibe vuelos comerciales de Azul.
Jacarepaguá podría ofrecer un puente aéreo alternativo.
Conecta con monomotores Cessna 208B “Grand Caravan” con São Paulo/Congonhas, atendiendo a la población carioca que vive en los barrios de Jacarepaguá, Barra de Tijuca, San Conrado, Recreio dos Bandeirantes, etc., zona de expansión urbana, en los últimos 30 años y hacia donde las vías de comunicación con los otros aeropuertos son insuficientes y lentas. Además, opera numerosos vuelos ejecutivos, y muchos más de helicópteros, atentos al perfil petrolero oceánico de la región.
Dentro de los límites capitalinos, al Oeste funcionan las bases aéreas de Santa Cruz (BASC) y la del Campo dos Afonsos (BAAF). Salvo excepciones o emergencias, sólo sirven a las necesidades militares. La último es sede de la Universidad de la Fuerza Aérea (FAB) y acoge al principal museo aeronáutico del país y uno de los más importantes de Iberoamérica, el MUSAL, así como al Parque de Material Aeronáutico dos Afonsos (PAMA-AF), donde se modernizaron Embraer “Bandeirante” y “Bandeirulha” de la FAB, y a la empresa AEL. Allí se ensamblaron algunos de los primeros aviones brasileños. Tiene una pista de 2.000 m.
El hangar del “Zeppelin”, turismo e hidrocarburos
Santa Cruz, aparte de ser uno de los epicentros de la aviación de combate brasileña, como anécdota histórica, esta Base se creó en 1942, cuando Brasil se definió por los Aliados en medio de la II Guerra Mundial, tras haber sido, desde 1936, el primer aeropuerto (denominado entonces Bartolomeu de Gusmão) especialmente construido para dirigibles y con el único hangar sudamericano de este tipo de aeronaves, hoy el único conservado en este estado y de uso parcial (otros son solo museos) en el mundo, con una extensión de 274 m., y una altura de 58, por otros 58 de ancho. Su pista actual tiene 2.739 m.
En el Estado de Río de Janeiro, a 155 km. de la capital, también encontramos al aeropuerto internacional de Cabo Frío (CFB para la IATA y SBCB para la OACI), el mayor del interior, que atiende no sólo a la famosa zona balnearia que lo denomina, sino que recibe helicópteros y repuestos para los mismos, o componentes para plataformas e industrias petroleras, de gran desarrollo en el litoral marítimo a pocos cientos de km. de esas costas, yacimientos paralelos a una franja oceánica que se inicia al Sur del vecino estado de Espíritu Santo, hasta el Sur de la ciudad paulista de Santos.
Un Antonov An-124 en Cabo Frío.
Son las denominadas Cuencas de Campos y de Santos. Entre ambas producen 3 millones de barriles de petróleo y 100 millones de m3. de gas por día. Por ello, no es raro, al lado de charter turísticos y vuelos regionales, ver grandes cargueros, como Boeing 747-400F u -8F, Antonov An-124, Ilyoushin Il-76, Airbus A300, etc., transportando material especializado. Acoge entregas de helicópteros para organismos oficiales (una de las últimas es de Leonardo AW119 Kx para la Policía Rodoviaria Federal), trasladados en enormes reactores.
Su pista de 2.550 m. permite recibir vuelos directos de muchas partes del mundo, existiendo servicios migratorios y aduaneros en sus instalaciones. Dispone de área aduanera de 100.000 m². y depósito general de 32.000; zona segregada para medicinas controladas; cámaras frigoríficas de un total de 54 m². y temperatura de -20°C a +15°C; espacio aprobado por el Ejército para recibir cargas peligrosas; y estructura y monitorización para contenedores refrigerados.
Hay equipos propios para manejar cualquier tipo de carga, incluyendo especiales; y centro de monitorización de seguridad que funciona las 24 h. de los 365 días del año. Respecto a los vuelos de helicópteros, principalmente con las plataformas de prospección de hidrocarburos, dispone de salas de embarque y aterrizaje exclusivas para sus pasajeros, hangares para mantenimiento de esas aeronaves y un parque de abastecimiento con capacidad para 280.000 l. de queroseno de aviación.
Macaé, el aeropuerto petrolero, y Maricá, el de Leonardo
A 70 km. al Noreste, en el epicentro petrolero de la región, el aeropuerto de Macaé (MEA para IATA y SBME para OACI), una ciudad costera de 270.000 habitantes llamada “la capital del petróleo”, centraliza casi toda la actividad en ala rotativa. Esto se debe a que es el aeródromo más cercano a la región propiamente de exploración de hidrocarburos, y con mejores condiciones de vuelo, al contar con ayudas a la navegación como el VOR (Very High Frequency Omnidirectional Range).
Macaé, donde hay helicópteros por doquier.
Cuenta con torre, y control de aproximación por radar. La plataforma de aeronaves y helicópteros dispone de 41.000 m². Está homologado para funcionamiento nocturno y por instrumentos (LNAV), garantizando su operación las 24 h. del día. Cuenta con 7 hangares y tiene capacidad para recibir hasta 40 helicópteros. Es el primero de Brasil en ofrecer una sala VIP para vuelos “offshore”. Lo administra Zurich Airports, también titular de Florianópolis y Vitória.
Maricá, a 70 km. de Río de Janeiro, es un aeropuerto en el cual participa Leonardo.
A sólo 60 km. de Río de Janeiro, Maricá inició hace un año sus operaciones “offshore”, operando vuelos VFR (Visual Flight Rules) e IFR (Instruments) día y noche, después de haber ajustado su aerovia (Waypoint) a las plataformas de la cuenca de Santos, sumándose a Jacarepaguá, Macaé y Cabo Frio, en este caso para trabajar en la llamada Plataforma de Buzios, mayor área petrolera marítima estimada del mundo, esperando la presencia de 11 explotaciones en su entorno, que rindió unos 620.000 barriles de petróleo y 1,7 millones de m³. de gas diarios.
Leonardo International y la empresa municipal de desarrollo Codemar, mantienen la empresa conjunta Leonardo & Codemar (51 por ciento de la italiana), con enfoque en seguridad, gestión de infraestructura crítica y la tecnológica del aeropuerto local, que hoy permite IFR, con luces de aproximación PAPI (Precision Approach Path Indicator), procedimientos modernos RNAV, que es la operación de aeronaves en una trayectoria de vuelo específica, con garantía de monitorización continua de la posición, etc., y la posibilidad de instalar un parque tecnológico en su entorno.
Cuenta con una pista asfaltada de 1.200 m. y tiene capacidad para recibir 2.000 pasajeros por día, además de las operaciones “offshore”, para auxiliar a las cuales se construyeron 2 hangares de 1.221 m2. cada uno, que cumplen con todas las necesidades de sostenibilidad y estándares internacionales. Existen otros aeropuertos principalmente orientados a la aviación general, como Buzios, Angra dos Reis y Campos (al Norte del Estado, en una de las áreas más activas de la cuenca) al mercado “offshore”, así como la sede operativa de la Aviación Naval, la Base de São Pedro da Aldeia, en la localidad homónima, a 110 km. de Río.
Peleando cada vuelo doméstico
Los principales, Galeão y Santos Dumont (Cabo Frío tiene su propia impronta), distando apenas 18 km. uno del otro, en la faz doméstica parecen competir entre ellos fuertemente, por lo que, de seguir la senda de las privatizaciones exitosas de años anteriores, serían rematados conjuntamente, opinión local mediante. “Su duda, utilice Santos Dumont” es casi un razonable refrán para pasajeros nacionales viajando a Río de Janeiro: llegada rápida a las principales áreas de hoteles y puntos turísticos o a la mayoría de las zonas de negocios.
El interior de Galeão.
Es la opción más próxima a la Terminal de Ómnibus Novo Rio (con servicio de tranvía moderno desde las instalaciones hasta la terminal de buses). La distancia varía desde unos pocos km. hasta los barrios más cercanos al centro, como Catete, Flamengo y Botafogo, poco más de 10 hasta Copacabana y aproximadamente 20 km. a Ipanema y Leblon, complicándose para llegar hacia las más lejanas Barra de Tijuca y Recreio dos Bandeirantes. El aeropuerto también cuenta con un lujoso centro comercial anexo, así como un hotel de categoría.
Esa realidad, apenas atenuada por las promociones de pasajes, usualmente referidas a vuelos originados o arribados a Galeão/Tom Jobim, o el tomar vuelos directos a las mayores distancias internas, es perjudicial para el también internacional, desde donde resulta más complejo desplazarse a buena parte de la ciudad, especialmente a comienzos y fin de semana, debido a embotellamientos no resueltos aún siquiera por las vías rápidas de acceso (Linha Vermelha y Amarela).
La debatida propuesta de internacionalizar regionalmente Santos Dumont se enfrenta no sólo a esta situación, sino a su reducida pista principal (o la auxiliar de 1.260 m.) y los obstáculos próximos, exigiendo que ambos pilotos tengan la categoría de comandantes y determinado número de horas, incluso de simulador al respecto; y que está ya bastante sobrecargado de vuelos durante los días laborables. Esto, y una numerosa resistencia de buena parte de la burocracia local a dejar al Tom Jobim librada en lo interno a su suerte, llevan a negociaciones entre las distintas fuerzas vivas e interesados directos en la temática, lo cual puede dificultar la posibilidad de recibir vuelos del exterior.
Años atrás, en épocas plenamente estatistas (2005), para proteger a Galeão, se llegó a prohibir a Santos Dumont operar vuelos regulares de más de 500 km. de distancia, limitándolos a un abanico cubriendo a las principales ciudades paulistas (incluida su capital) y algunas expresivas de Minas Gerais, comenzando por su capital, Belo Horizonte, aunque limitados, burocracia brasileña mediante, en este caso a aeronaves de hasta 50 plazas y al interior del propio Río de Janeiro, lo cual, igualmente configuraba una actividad bastante interesante. Esta normativa se derogó en 2009.
En 2019 se autorizó la operación de Boeing 737-800 SFP (Short Field Performance) con frenos de carbono y neumáticos rígidos de mayor contacto con el suelo, mientras Airbus para sus A320neo, usa la tecnología SHARP (Short Airfield Package), con mejoras aerodinámicas, frenado y control de vuelo, permitiendo al avión despegar con 180 asientos ocupados. Por los numerosos obstáculos próximos, en Santos Dumont no se emplea aproximación ILS (Instrument Landing System), sino RNAV, volando una ruta con “waypoints” establecidos acordes al plan de vuelo, con la ayuda de sistemas de navegación satelital embarcados.
La mayoría de los vuelos al Norte y Nordeste brasileños parten desde Tom Jobim, también registrando un expresivo aumento en el capítulo de carga en el último semestre, aunque no un retorno al promedio de 10 millones de pasajeros trasegados hasta abril de 2020. Esta falta temporal de demanda que sufre Galeão responde al escenario declinante comercial y turísticamente de Río y, en mucho menor grado, a hoy poder volar a algunas prósperas ciudades de su interior directamente desde otros estados, notoriamente desde aeropuertos paulistas o de Minas Gerais.
Un trasiego hacia otras áreas, a veces complejo, atravesando parte de la conflictiva zona Norte de la ciudad, podría influir en parte. Aunque la actividad en ambas instalaciones ha decaído, Galeão tuvo una merma del 18,6 por ciento en 5 años, mientras que en Santos Dumont fue del 8 en 2014-19, ya en concesión al grupo privado RIOgaleão (Changi Airport), que hoy plantea devolverlo.
Terminales unidos por “ferry”
La Secretaría de Turismo de Río de Janeiro, para minimizar las diferencias entre ambos aeropuertos, evalúa conectar a los mismos atravesando la Bahía de Guanabara con servicios de “ferry” rápidos, como sucedía hace más de setenta años. Se intenta facilitar desplazamientos de unos 20 min. evitando el flujo de tráfico vial, con lo cual, usar uno u otro aeropuerto sería mucho más fácil o, simplemente, llegar al centro de la ciudad desde el Internacional.
Respecto a carga, Galeão cuenta con depósitos en una superficie total de 44.000 m²., preparados para almacenar desde productos perecederos hasta ropa, pudiendo también recibir la clasificada como peligrosa, sin restricción de categoría, contando con un área de 900 m². para ello. Además, existe otra de 520 m². exclusivamente para alojar animales vivos. La plataforma cuenta con 31 puestos exclusivos para aeronaves de carga, que pueden operar las 24 horas del día, sin restricciones de capacidad ni horarios, utilizando administrativamente lo que fue la vieja terminal de pasajeros hasta 1977.
Las pistas disponen de ILS de Categoría I en los umbrales 15 y 28 y de II en el 10, así como sistemas de radionavegación VOR, DME y NDB. De las 2 terminales existentes de pasajeros -construida la segunda en 1999- sobrevive, desde 2016, la 2 y una extensión, el Muelle Sur, de más de 100.000 m2. y 26 puertas de embarque. Las plataformas tienen una superficie de 760.000 m²., con 214 posiciones para aeronaves, además de 2 para helicópteros. Al costado Noreste existía TAP M&E, de mantenimiento de la empresa portuguesa, vendida a la estadounidense United. Sus hangares pueden albergar 2 747 o 2 A350 en un área de 20.000 m². Contiguo al aeropuerto coexisten varias unidades de la Fuerza Aérea.
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