Estos servicios comprenden desde la dirección y posicionamiento de aviones en plataforma, por medio de tractores y equipos de apoyo; el servicio de limpieza de las cabinas de pasajeros; la retirada de residuos orgánicos; abastecimiento de agua potable; desagote de instalaciones sanitarias de las aeronaves; operación y movimiento de pasarelas de acceso a los aviones; escalerillas para viajeros y equipos especiales para personas con movilidad reducida; descarga de mercancías, valijas, bultos, etc.; el embalaje de equipajes; más la provisión del servicio de suministro y abastecimiento de combustible y otros elementos al avión en tierra.
El Gobierno decidió una completa desregulación del servicio de rampa en los aeropuertos del país, que hasta ahora es un casi monopolio de la empresa estatal Intercargo. Sólo la estatal Aerolíneas Argentinas con su propia subsidiaria Aerohandling y American Airlines escapaban a esta normativa. Ya pueden presentarse compañías especializadas en el rubro para obtener una autorización de operación, cumpliendo la normativa declarada de la ANAC.
Según las autoridades, las necesidades actuales del mercado y el nuevo esquema de política de aviación comercial, con el cual se aspira al funcionamiento adecuado del mercado, la libre competencia, la libertad de acceso al mercado y la mayor eficiencia, requieren la revisión del ordenamiento jurídico.
Se estableció la política de cielos abiertos basada en los principios de libre acceso al mercado, lealtad comercial, desregulación tarifaria, estricto resguardo de la seguridad, supervisión continua de los servicios autorizados, manteniendo el principio de unicidad del Estado y la libertad contractual. Las autoridades indican que la potenciación en el interior del país vendrá de la mano de la aparición de operadores que atenderán los servicios de las escalas o destinos con nivel de tráfico aéreo reducido o medio, en los centros turísticos del interior de Argentina.
Terminar con el monopolio de Intercargo, una compañía estatal sobre la cual llueven quejas permanentes de los usuarios, por mala calidad y las arbitrariedades que continuamente se producen contra el pasajero, ha sido una de las variables que la administración de Javier Milei ha expresado repetidas veces.
La nueva normativa habilita a que cualquier empresa aérea puede proveerse el servicio y también ofrecérselo a otros transportistas. Claramente, implica también está abierto el mercado para compañías especializadas puedan ingresar al negocio aéreo en el sector argentino.
El secretario de Transporte de la Nación, Franco Mogetta, quien tuviera una vibrante alocución en la Cámara de Diputados defendiendo la nueva política en la materia, menciona que se cuenta ya con el interés concreto de empresas de primer nivel internacional y especializadas, para participar en los aeropuertos nacionales y brindar la asistencia.
La aerolínea Flybondi es la primera compañía que solicitó su licencia de operación para handling aeroportuario y le fue concedido, en tiempo récord, la respectiva autorización para prestar servicio a sus propias aeronaves y a otras compañías. Flybondi ya operaba su propio servicio de rampa en Buenos Aires/Ezeiza, Bariloche, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Tucumán y San Juan, entre otros, con equipos como autobuses para llevar pasajeros, tractores de empuje, grupos de energía, escalerillas, etc.
Flybondi tenía ya autorización de “autohandling”.
La eliminación de la exclusividad de contratos del Estado con Aerolíneas y Austral; la reducción o eliminación de rutas con baja rentabilidad; un plan de retiros voluntarios de personal de Aerolíneas; la posibilidad de operar internamente con tripulaciones extranjeras; el envío al Congreso de proyectos para privatizar esta compañía; otro que busca la unificación de entidades de control aeronáutico como ANAC, la EANA y el ORSNA; la eliminación de restricciones a las operaciones internacionales en el Aeroparque “Jorge Newbery” en la capital; la desregulación del “handling”; y otras medidas en curso; muestran un escenario de cambios y una creciente belicosidad de los sindicatos.
Luis Piñeiro, Corresponsal de Grupo Edefa en Argentina
