El objetivo principal del plan es minimizar el impacto de las condiciones climáticas adversas en el tráfico aéreo, asegurando que las pistas, calles de rodaje y plataformas estén siempre operativas y seguras. Para ello, Aena ha destinado más de 500 toneladas de fundente sólido, 416.000 litros de fundente líquido y dispone de más de 200 vehículos especializados, como camiones quitanieves y medidores de fricción.
Además de los recursos materiales, el plan prioriza la formación del personal. En el último año, 1.486 trabajadores han recibido más de 7.255 horas de entrenamiento específico en el manejo de equipos y procedimientos operativos. Esta capacitación se extiende a otros actores clave como las compañías aéreas y los agentes de handling, asegurando una coordinación eficaz.
Entre las labores preventivas se incluyen el monitoreo continuo de las condiciones meteorológicas, chequeos de pavimento, aplicación de tratamientos contra hielo y la medición del coeficiente de rozamiento en las pistas. Si las condiciones lo requieren, se activan protocolos de limpieza mediante fundentes y equipos mecánicos, según las normativas internacionales del Global Reporting Format (GRF).
El Plan también opera en colaboración con autoridades militares en aeropuertos de uso conjunto, como Zaragoza o Albacete, garantizando un enfoque integral en todo el territorio español.
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