Está diseñándose para transportar cargas de gran volumen, ofreciendo, 7.702 m3. de capacidad, pero limitado peso, un total de 72,5 ton. Deberá despegar y aterrizar en pistas poco preparadas de solo 1.800 m. de largo y tendrá un radio de acción de 2.000 km.
Estas características son resultado de la misión para la que se concibe: transportar las palas desde los centros de producción a pistas construidas al efecto cerca de las granjas de aerogeneradores, sin requerir el uso de aeródromos comerciales y, sobre todo, evitando las carreteras. El avión tendrá una longitud de 108 m., una altura de 24 y una envergadura alar de 84, muy lejos de los 117 m. del Roc, diseñado también para otra particular tarea, como el lanzamiento de ingenios espaciales.
Infografía que ilustra la principal misión del “WindRunner”. Foto: Radia
Empleará 4 reactores eficientes para su propulsión y podrá alcanzar 0,6 Mach (740 km/h.). Está realizando ensayos y simulaciones para validar el diseño final antes de lanzar la producción, estando previsto comenzar los vuelos comerciales a finales de 2027. El pasado mes de julio, con motivo del salón internacional de Farnborough (Reino Unido) se dio a conocer el apoyo de 3 compañías en el proyecto: Aernnova, Leonardo y AFuzion.
La española Aernnova se encargaría de las alas y los pilones de los motores, la italiana Leonardo del fuselaje y la estadounidense AFuzion proporcionaría consultoría en seguridad y certificación. También se plantea la utilidad de este avión en misiones militares por el gran volumen útil que ofrece. El máximo responsable ejecutivo Radia, Mark Lundstrom confirmó el uso dual como transporte militar.
Comparado con los aviones de transporte más grandes, destaca por el volumen ofrecido, muy superior incluso al que era el mayor, el Antonov An-225 Mriya, destruido en Ucrania por Rusia, que ofrecía 1.300 m3.. En el caso del Antonov An-124 o el Boeing 747-400 es de 1.160 y 610, respectivamente. Lundstrom destacó la capacidad para transportar cargas voluminosas del WindRunner, más que el peso.
Las 72,5 ton. no destacan frente a las 247 del An-225, las 150 del An-124 o las 129 del C-5 Galaxy aunque sí supera las 60 del Ilyushin Il-76. El gran volumen disponible ofrece la ventaja de transportar grandes cargas sin tener que desmontarlas, como sucede actualmente con el traslado de aviones de combate o helicópteros.
El WindRunner podría transportar 6 cazas F-16 o 6 helicópteros Chinook sin tener que desmontar las alas de los primeros ni los rotores de los segundos. También hay que considerar la baja de algunos de los protagonistas tradicionales militares, como el C-5, mientras el Boeing C-17 se ha dejado de producirse. Tampoco hay visos de que el An-225 vuelva a volar, a pesar de los acuerdos de Antonov con la industria china. Los planes de Antonov de incrementar la producción del An-124 están condicionados a la evolución de la guerra con Rusia.
Más allá del transporte puntual de equipo militar como el enviado a las misiones internacionales por los miembros de la OTAN, que emplean habitualmente aviones Antonov e Ilyushin, Radia destaca que con un pequeño número de WindRunner se podrían transportar grandes cantidades de equipo militar y que también podría usarse para evitar los grandes desplazamientos que requieren reabastecimiento en vuelo, como los que se realizan en ejercicios o misiones internacionales.
Al transportarlo entero, se ahorraría tiempo y personal en las tareas de montaje y desmontaje. Sin embargo, en todas estas misiones, el limitado alcance en comparación con los aviones militares citados supondría una desventaja, debiendo recurrir a varios saltos para realizar vuelos estratégicos.
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