Esta reducción de rutas cortas, anunciada en una comparecencia sin preguntas de la prensa, es similar a la que entró en vigor el 23 de mayo de este año en Francia y supuso el cierre de 3 rutas aéreas.
Como en el caso francés, no afectará a las conexiones que enlacen con rutas internacionales. Según reza el acuerdo: "Impulsaremos la reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de dos horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales".
Como consecuencia del anuncio de este pacto, la cotización de Aena ayer 24 de octubre bajó un 4%, aunque al cierre de la jornada las pérdidas se quedaron en un 2,6%, lo que supone una pérdida de su capitalización bursátil de 615 millones de euros. El principal perjudicado es el Estado, ya que Aena es propiedad en un 51% de Enaire, la empresa pública dependiente del Ministerio de Transportes.
El COIAE se posiciona contra prohibición de determinados vuelos cortos domésticos por el escaso ahorro de emisiones de CO2, 0,1%, y porque desincentivaría el desarrollo de aviones elétricos, híbridos y de hidrógeno.